Editorial | Un instituto de investigación fruto de la colaboración entre instituciones
La necesidad de dinamizar las cosas parece evidente si la provincia de León quiere superar su crisis permanente de apatía. Cualquier iniciativa debe ser, como mínimo, estudiada. Y merece un margen de confianza y un apoyo decidido si cuenta con avales importantes que garantizan que no se trata de una ocurrencia o un gesto para el escaparate. La propuesta para constituir un instituto de investigación aglutina el respaldo de las universidades de León y de Washington, de un buen número de ayuntamientos del entorno de la capital y de entidades como el Incibe o la asociación de colegios profesionales (Colproleón).
El objetivo fundamental es conseguir captar proyectos privados que financien investigaciones a través de este centro, y que sirvan para capitalizar inversiones que promuevan la instalación de nuevas empresas. Se trata de dar utilidad a los cuatro millones de metros cuadrados de suelo industrial que están disponibles entre los nueve ayuntamientos del área metropolitana de León.
Sobre el papel la iniciativa resulta muy atractiva y esperanzadora. Lo importante es que fragüe y crezca para que no se convierta en otro episodio más de la retahíla de fracasos que acumula esta tierra cuando sueña con una esperanza.