Editorial | El marco legal claro y único frente al covid es cada día más imprescindible

Este próximo martes se cumplirán siete meses desde aquel 13 de marzo en el que cambió todo en España. Probablemente ya entonces se actuó con retraso a la luz de los informes científicos y las alertas que desoyó el Gobierno, según hemos ido conociendo en los últimos tiempos. Pero lo que resulta imposible de justificar es que después del auténtico desenfreno con el que se ha legislado a golpe de ocurrencia estemos a estas alturas pendientes de que se establezca un marco claro y único, que combata de manera contundente la propagación del covid.

El varapalo del Tribunal Superior de Justicia de Madrid contra el cierre de las ciudades de esta autonomía tiene consecuencias para León, San Andrés del Rabanedo y Palencia. Genera un vacío legal evidente aunque no se llegue a pronunciar el TSJ de esta Comunidad al no existir recursos. A los ciudadanos ya les cuesta entender exactamente cuáles son las limitaciones y cuáles las leyes que deben aplicar en su vida diaria en cada momento. Un auténtico maremágnum de normas y de recomendaciones —muchas incluso contradictorias— llevan a situación tan anómalas como la negativa que se produjo en su momento al uso de periódicos y revistas en la hostelería o a que lugares como el Ayuntamiento de Ponferrada hagan la guerra por su cuenta prohibiendo las mascarillas de tela en contra de lo que se permite en cualquier todo sitio, incluidas las administraciones.

Urge claridad. El Gobierno ha tenido todo un verano para preparar ese rebrote que él mismo auguraba. Ahora todo esto sólo sirve para generar confusión, ocasionar más daño al empleo y a la economía, y para animar a los tramposos.