Editorial | Medidas necesarias que garanticen un precio justo y estabilidad para la leche

El precio de la leche en origen vuelve a poner a los ganaderos en pie de guerra. La ruinosa situación del sector no se corregirá hasta que la distribución sitúe su valor de entre 37 y 40 céntimos por litro, frente a los 33 actuales, para cubrir al menos los costes de producción, que además se han encarecido 20% por la subida de piensos y cereales, y también de la electricidad y el gasóleo.

La injusta utilización continuada de la leche como producto reclamo en las grandes superficies para captar clientes no deja de ser una perversión mientras no se compense a los productores con un precio que les permita mantener sus explotaciones. Es tan lícito que la distribución obtenga beneficios como injusto que sea a costa de los ganaderos. León, con una cuarta parte de la producción de leche de la comunidad autónoma, es la provincia más perjudicada por esta deriva que no sólo obliga a bajar las trapas de las explotaciones, sino que además cierra el paso al relevo generacional del sector que tan alta inversión está costando a la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural.

Mientras el productor no tenga posibilidad real de negociación del precio no será posible corregir la situación que lo denigra como profesional y como persona. Evitar que continúe siendo así pasa porque el Gobierno asegure la estabilidad al sector con la aprobación de medidas que garanticen una mínima un reparto justo del valor del producto. Y también por hacer que de verdad se cumpla la Ley de la Cadena Alimentaria.