Editorial | Nada justifica la dejadez que hunde la Mesa de León por la mala gestación

Una rápida revisión a los últimos 20 meses, que básicamente han coincidido también con la pandemia del covid, para comprobar la sucesión de amenazas lanzadas por los sindicatos para intentar reactivar la Mesa por León. Estuvieron en su origen, con las masivas manifestaciones de febrero de 2020. Y entonces no fueron pocas las críticas que recibieron por la formulación que realizaron para un proyecto que a estas alturas puede calificarse sin ningún reparo de fracaso.

Lo curioso a estas alturas, con el enésimo aviso de que habrá movilizaciones —que nunca se han hecho realidad—, es que de nuevo todos están de acuerdo en que la Mesa no ha servido hasta ahora para nada, sobre que hay que reformarla, que hay que reactivarla, que debe hacerse más eficaz... la misma letanía escuchada durante estos casi dos años que parece condenar a la sociedad leonesa a volver a la casilla de salida. Es algo así como hacer bueno el dicho popular de que «entre todos la mataron y ella sola de murió». Si todos comparten que se están haciendo mal las cosas, en que hace falta convocarla con urgencia, en que lo importante es diseñar una hoja de ruta concretar y captar inversiones con compromisos reales de las administraciones públicas, entonces hay que preguntarse si la sociedad leonesa merece tanta dejadez.

La Mesa, hoy mejor que mañana. Y con PP-Ciudadanos aclarando qué hará la Junta. Y con el PSOE y Podemos concretando si el Gobierno tiene en su agenda algo previsto para la provincia.

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