Editorial | Un plan imprescindible frente al fuego que debe hacerse realidad
Lo que está ocurriendo este verano en los montes de España, e incluso de otros países como Francia, no es normal. La terrible sequía, las temperaturas extremas y la situación que vive el mundo rural como consecuencia de la despoblación han generado unas condiciones demasiados propicias para el fuego. Y el balance es desolador. No se trata sólo de cientos de miles de hectáreas quemadas. Detrás hay muchas formas de vida que se han convertido en imposibles.
Por ello, hay que aplaudir que finalmente el Gobierno haya optado por generalizar las ayudas para todas las zonas afectadas por los grandes incendios. Existía el temor a que se limitasen a determinadas comunidades que suelen focalizar las políticas del Ejecutivo de Pedro Sánchez, tanto por afinidad de siglas como por los apoyos que precisa para mantener la estabilidad con su clara debilidad parlamentaria.
La comunicación difundida ayer tras el Consejo de Ministros resulta muy loable. Incluye líneas de ayuda concretas, y especialmente para las personas que han perdido sus casas o sus negocios. Pero la duda, y existe toda la justificación para poder plantearla, es hasta qué punto todo esto se hará realidad. Y con qué plazos.
La primera complicación, ahora, es que en muchos frentes se debería trabajar coordinados. Gobierno central y autonomías comparten muchas materias con líneas de competencias muy delgadas. Y ante una catástrofe como la de este verano, parece exigible que se actúe con eficacia y celeridad. Como en todas las acciones, deberían establecerse unas líneas de prioridad de acción y unas fórmulas de puesta en marcha de las ayudas que sirvan para esquivar en todo lo posible los retrasos por la burocracia. En la provincia de León existe un precedente claro sobre los riesgos a los se enfrenta ahora este programa antiincendios con el tortuoso camino que han recorrido los planes de alternativas al carbón.
El fuego está dejando mucho daño. Urgen medidas en lo humano y en lo económico. Y que en lo medioambiental se atienda a las voces expertas para intentar que en un futuro exista un medio natural con menos riesgos frente al fuego.