Editorial | Primer paso de Endesa para recuperar el empleo que debe tener continuidad

Endesa se alía con Urbaser, que se encargará de gestionar las instalaciones y dirigirá la operación, para desarrollar en Cubillos del Sil la planta de reciclaje de baterías de vehículos eléctricos, que tendrá capacidad para tratar 8.000 toneladas al año y prevé generar alrededor de medio centenar de nuevos puestos de trabajo directo con una inversión de 13 millones de euros.

Más allá de que se trata de la primera planta para recoger y tratar baterías de vehículos eléctricos en la Península Ibérica, el valor de la alianza reside en la propia actividad de la misma, a partir de la reutilización y recuperación no sólo de plásticos, aluminio y cobre, sino sobre todo de metales estratégicos altamente valorados en Europa, como el cobalto y el níquel, que son esenciales para la fabricación de nuevas pilas.

El proyecto, enmarcado en el ya conocido Plan Futur-e de Endesa, es de desarrollo inmediato, con la previsión de estar operativo a finales de 2023, aunque con actividad logística anterior.

Se trata de la primera iniciativa de la compañía energética para paliar el cese de la actividad en la térmica, que tendrá continuidad con otros seis proyectos ya pactados con administraciones e instituciones. La previsión es generar alrededor de 160 nuevos puestos de trabajo con una inversión que superará los 260 millones de euros.

El objetivo es mitigar el cierre de la térmica priorizando la mano de obra local después del desmantelamiento de la antigua central de Compostilla. Pero ni mucho menos es suficiente. El Bierzo necesita recuperar su actividad laboral y económica a partir de este tipo de iniciativas que, siempre bajo la máxima exigencia, deben ser acogidas con expectativas, sobre todo tras las frustrante visita del presidente del Gobierno, sin contenidos ni compromisos para una comarca enormemente castigada por el cese de la actividad minera y generadora.