Editorial | Prudencia y colaboración en un verano tan singular para combatir los focos
Los territorios de la España Vaciada, tan castigados por la emigración durante décadas, viven en agosto su momento de máxima vida. Pero este año este fenómeno de vuelta a casa llega cargado de dudas y de riesgos. La normalidad, tras la primera semana, ha sido la pauta dominante con apenas media docena de focos, un dato positivo si se contrasta con el volumen de visitantes. Los que llegan están actuando con la necesaria prudencia, en algunos casos realizando incluso unos días de cuarentena voluntaria. Y los habitantes habituales de los pueblos están extremando las precauciones. El reto es complejo y no cabe demonizar a los que vienen a descansar unos días en sus pueblos de origen o donde han arreglado residencias. Pero también es entendible la cautela e incluso la exigencia, especialmente a los más jóvenes, para que no se realicen prácticas de riesgo con reuniones masivas o los temidos botellones.
La ‘nueva normalidad’ nos plantea a todos unos sacrificios que incluyen la convivencia entre quienes vienen y los que residen todo el año en la provincia. Con un esfuerzo de la sociedad es posible frenar mucho todo lo relativo a la pandemia. Así ha quedado demostrado hasta el momento. Y en este verano nos jugamos mucho. Esos focos han sido contenidos con diligencia por los servicios sanitarios, que ahora aplican unos rastreos más amplios al ser conscientes de que el nivel de contactos sociales es mucho mayor en verano por la realización de otras actividades sociales.
El aviso inmediato ante cualquier problema a las autoridades y el confinamiento inmediato si existen sospechas son fórmulas a las que todos tenemos que acostumbrarnos. Realizar prácticas de peligro pone en juego vidas. El Covid-19 nos ha enseñado que muchos imposibles, o que creíamos tales, son superables. Ahora toca salvar este complejo verano de la mejor manera posible, para que esas semanas de mayor actividad en todos los órdenes no faciliten una propagación de esta terrible pandemia.