Editorial | Torpeza gubernamental con el transporte

El fin de semana calmará las cosas pero la próxima semana será sin duda complicada si el Gobierno no se pone de una vez a trabajar en serio para acabar con la huelga del transporte. Su torpeza en la gestión ha sido constante. Despreció de inicio la convocatoria. Después buscó el atajo reuniéndose precisamente con los que no se habían sumado a la movilización. Y quizá por ello, ayer, tras anunciar un acuerdo alcanzado de madrugada con esos que sí son sus interlocutores, la ministra de Transporte tuvo que convocar de urgencia a la plataforma que en realidad lidera las protestas. Con esos precedentes parecía claro que el acuerdo no iba a ser sencillo. Y el problema de que se prolongue la parálisis en las carreteras es que se extiende el perjuicio a la estructura industrial, laboral y económica de todo el país. El Gobierno debe poner sobre la mesa medidas eficaces para salvar a tanto perjudicado por el alza de los combustibles. La larga caravana que recorrió ayer León puso en claro que son muchos los damnificados por una crisis que les ahoga.