Editorial | Transparencia y eficacia para que la nueva Junta trabaje cuanto antes

Una de las críticas más extendidas tras la convocatoria anticipada de elecciones en Castilla y León fue el posible perjuicio que generaba el parón institucional. Ayer, con la constitución de las Cortes la maquinaria política se puso en marcha sin perder más tiempo del imprescindible, y con un pacto logrado en el último momento que clarifica las cosas para todo el mandato. Eso resulta fundamental. Los partidos han escuchado el mandato de las urnas, la necesidad de que se lograse un acuerdo al no facilitar las siempre soñadas mayorías absolutas. Y según lo que se conoce hasta el momento, el acuerdo incluye la gobernabilidad de la Comunidad, con una nueva legislatura de cohabitación, en este caso del Partido Popular y de Vox. Alcanzado este objetivo, ahora hay que exigir que todo se acelere lo más posible para que el nuevo ejecutivo de la Junta se constituya cuanto antes y empiece a trabajar. A los problemas existentes se ha añadido la guerra y sus graves consecuencias económicas. Los déficits estructurales que sufre la Comunidad, y de manera especial sus provincias del oeste entre las que se incluye León, requieren una acción eficaz para intentar conquistar un futuro mejor.

Si la situación era preocupante, la nueva coyuntura de encarecimiento de las materias primas y las energías agrava las cosas y probablemente hará necesaria una nueva acción para proteger la estructura empresarial y laboral como la puesta en marcha por la parálisis que generó el covid.

Y sobre el pacto PP-Vox, cabe exigir un ejercicio de transparencia para conocer realmente su alcance. En algunos asuntos polémicos, por los posicionamientos del socio minoritario será importante conocer hasta qué punto está dispuesta la fuerza más votada de aceptar reformas en campos como la igualdad o la memoria histórica. La presencia en el ejecutivo del partido de ultraderecha es totalmente legítima en Democracia. Como la de la ultraizquierda en el Gobierno de Pedro Sánchez en Madrid. Quizá sea en cierto modo un fracaso colectivo el éxito en las urnas de los partidos más escorados. Ayer se destacaba el dato de que es el único gobierno de esa facción en toda Europa. Tampoco los hay de comunistas. Las urnas son soberanas y toca lidiar con estos naipes.

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