Con corazón y verdad

Es curioso como algunas canciones llegan a nosotros. Escuché días atrás una para mí desconocida versión de I just called to say I love you (Simplemente llamé para decirte te quiero), de Stevie Wonder, uno de los temas más bailados en los ochenta, incluso por quienes no somos bailones. Fue un estallido de alegría rítmica. Sin embargo, John Prine, en la vejez la versionó como balada, dos años antes de fallecer por la covid. Ambas interpretaciones no se niegan entre sí, se complementan como las dos caras de la luna. Alguien admite que solo llama para decir te quiero. Y este sin motivo los contiene ya todos, si se lleva el número tatuado en la memoria. La situación da para una canción optimista o para una triste, pues la letra no aclara si se le cogió el teléfono. De repente, me llega un whatsapp del crooner Javier Arias. Escucho temas de su próximo cd, me suenan muy Elvis y a la vez muy él mismo. Gustará mucho este nuevo trabajo. Le hablo de la versión de Prine y me hace un regalo sorpresa: una alumna suya de canto, la leonesa Andrea López, tiene grabada una versión jazzsística. La escuché y me encantó su elección: como la vida misma, alegre y triste. El tema formó parte del disco Wondering, que Javier Baillo grabó con su grupo Goodman Collective. Y tuvo a la guitarra al gran Jorge Majo. No hubiese conocido esta versión nuestra si no llego a hablarle a Arias de la de Prine. Sí, es curioso como las canciones llegan a ti. Creo recordar que no me gustó la película La mujer de rojo (1984), en la que sonaba durante los créditos finales. Lo que no he olvidado es lo guapa que era su protagonista, Kelly Lebrock. Sobrecogía. Sin embargo, sus fotos actuales revelan que no ha debido de ser muy feliz. A veces, los dones se vuelven blues.

Una buena canción nunca te dejará tirado, si además es una canción buena. Regresará sin avisar, sea para compartir tu alegría o solo para decirte: ten esperanza, no te rindas, lo malo pasará…

Luego, lector, cuando hoy en algún momento escuche música, bien por haberla elegido o porque ella salga a su encuentro, recuerde que una misma canción puede acompañarte tanto en días soleados como en los lluviosos, si quien la interpreta lo hace con corazón y verdad.