Diario de León

Creado:

Actualizado:

Al leer la noticia di un respingo. «Para ser feliz hay que cambiar cada cinco años de pareja», dice el psicólogo catalán Rafael Santandreu. Dado que el humor conyugal es uno de los pilares del matrimonio que funciona dije socarrón a mi mujer: «¿Te imaginas? Primero con Paquirrín… cinco años después El Dioni… después Pocholo… hasta que al final, por fin, me conoces y comemos perdices «. Ella exclamó lapidaria: «¡Uf, qué estrés!». En efecto, mucho mejor acertar y plantarse. «Nada, nada, — le dije— nosotros monógamos como los pingüinos, los caballitos de amor y los guacamayos». ¿Cambiar cada cinco años de pareja? Así no hay quien haga un árbol genealógico serio. «Y menudo dineral en mudanzas», se me argumentará. Y en psicólogos. Al parecer, los libros de Santandreu se venden muy bien. Sale mucho en la tele. Le gusta epatar, está claro. En una entrevista afirmó: «Si mi padre decidiera dedicar su vida a meterse droga y a irse de putas todo el día, hasta reventar, yo lo tengo que respetar. Puedo intentar convencerle de lo contrario, pero quién soy yo para decirle que no lo haga». Hombre, eres su hijo. Llévalo al psicólogo, pero a otro. Y, a ser posible, antes de que su mujer, o sea tu madre, le ponga a dormir al raso. Por cierto, me pregunto si Santandreu tendrá pareja o estará en fase de busca y captura. Le sospecho más de quedarse en casa a jugar con la Play, aunque sea cincuentón. Con Bertín de nuevo en el mercado ha de ser más dificilillo encontrar pareja. Un estrés.

 El humor conyugal necesita tiempo para tener archivo de chistes privados. «¿De qué te ríes?», le pregunté a mi mujer ayer. «De lo que estás pensando», contestó. Y nos reímos, sin necesidad de comprobaciones. El corazón tiene gags que la razón desconoce. Cinco años pueden ser mucho, pero toda una vida puede no ser suficiente.

 Hay una canción de Bing Crosby que expresa bien ese anhelo de más tiempo para estar con quien amas, hacia adelante pero también hacia atrás, cuando proclama en You must have been a beatiful babie: «Debiste de ser una nena maravillosa/ seguro que volvías locos a los niños». Todavía la canto en la ducha. Y la seguiré cantado dentro de cinco y de quinientos. En el amor todo es principio.

tracking