Humo en mi pasillo

En mi colegio, si hablabas en clase te mandaban al pasillo. No era mal lugar al que mandarte, salvo porque te aburrías. Ahora, regreso al pasillo, pero al de casa. De nuevo, hay que evitar salidas no indispensables, pero también debes seguir moviendo las piernas. Como no tengo ese caballo disecado que es la bicicleta estática, lo recorro una y otra vez. No es muy largo, mi mini camino de Santiago lo llamé en otra columna. Estoy acopiando lecturas, pues barrunto que esto irá para muy largo. Leo El hijo del trapero , la autobiografía de Kirk Douglas, quien vivió hasta su primera juventud entre la pobreza y la estrechez, aunque con un vitalismo que le impulsaba hacia el estudio y la interpretación. Ya en 1934, ganó en el instituto un premio de ensayo en el que afirmaba: «Al arte solo se puede llegar a través del hambre… hambre de belleza o de armonía o de verdad o de justicia».

Y añadió años después: «Idealista, pero sigo pensando igual». De ahí, pues, le irrumpía su fuerza como actor: de su identidad con los más necesitados. Pensé compaginar su lectura con la biografía de Robert Mitchum, Olvídame, cariño , pero mejor no mezclar emociones. Tengo también reservado sobre la mesilla de noche El hombre tranquilo , de Maurice Walsh, obra que inspiró la maravillosa película de Ford y que ha editado el leonés Jesús Egido, en Reino de Cordelia . Dado que puedo leer y la vez caminar, ya no me aburriré en el pasillo.

Salí a la calle a hacer gestiones indispensables. Un hombre sin mascarilla lee un libro en una terraza, como si estuviera en su salón. Asombroso. En otra, alguien sin ella toma el sol, con las piernas estiradas y los ojos cerrados. Alucinante. Me cruzo con un señor con cara de malas pulgas y que tampoco la lleva, ni el perrazo que pasea. Chulería. Regresé más que pitando.

Por la noche, escucho abochornado a Díaz- Ayuso: «Madrid ha sido tratada a veces como apestada y con madrileñofobia». Nací allí y me pareció el suyo un mensaje torticero y propagador de odio, que contrasta con los dialogantes de Mañueco (PP) y de García-Page (PSOE). Penoso. Ahora son ya tres las cosas que sé hacer a la vez: leer la autobiografía de Douglas, caminar por el pasillo de casa y echar humo. Aquí me planto.