Diario de León

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Ya les he hablado aquí de mi mal dormir. Me despierto en miedo de la noche y empiezo a darle vueltas al mundo, luego si siente usted que el suelo se mueve… no es un terremoto, simplemente, este juglar de columnas está moviendo mentalmente el planeta. Nunca he sido un pesimista, ni siquiera en las malas rachas. Ahora, leo, escucho, veo las noticias sobre la destrucción de Ucrania y percibo que el siglo XXI va a volverse un lugar muy diferente a cualquiera en el que mis padres hubiesen querido vivir. Y también al que quiero para mi hijo. Pero levantarse de la cama a medianoche no sirve. Debes intentar dormir, tus adentros también ha de descansar de ti. Cuesta. A eso de las tres o de las cuatro de la madrugada, en la cama y en el silencio de la noche, percibes la fragilidad de todo, salvo del amor. Quizá, sea lo único que no es de cristal, pese a su transparencia. Me digo en la oscuridad: hay hombres y mujeres que han recorrido miles de kilómetros con sus furgonetas o coches para traer a sus propias casas a desconocidos. No todo está muriendo en este mundo herido. El amor sigue siendo el madero en medio del naufragio del mundo. Y mi mente recorre un álbum de imágenes de tiempos que no viví… la del niño con gorrita y manos en alto, rindiéndose a los nazis en el gueto de Varsovia…la del niño japonés portando a la espalda a su hermanito muerto, en Nagasaki., captada por John O’Donnell… la de la niña vietnamita Kim Poc, corriendo desnuda y aterrada por la calle. ¿Quién querría ser inmortal en un mundo así? Ni Fausto. Ni Dorian Gray.

¿Qué clase de adultos serán un día esta infancia de la guerra? Recuerdo que hace muchos años entreviste a un hombre austriaco o polaco que de niño había sido acogido por un sacerdote leonés, durante la II Guerra Mundial. Solo recuerdo que había alguna vinculación con la librería Valderas. Deberíamos olvidar solo lo malo. Por cierto, aquella niña de la guerra del Vietnam, se convirtió con el tiempo en cristiana y en embajadora de la Paz de la ONU.

Ser de mal dormir no tiene finalmente tanta importancia, si eres de buen levantar. El día es más largo que la noche. Y este juglar de columnas aún cree que todos tenemos mucho amor que compartir en este mundo herido.

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