Diario de León

Creado:

Actualizado:

Antonio Silván acaba de anunciar que abandona la política municipal. Lo ha hecho con elegancia, dando las gracias y pidiendo que le perdonen sus posibles errores. Por su parte, con la misma elegancia, el alcalde ha elogiado la labor realizada por su rival político, que no enemigo: «Te echaremos de menos, Toño». Las palabras de José Antonio Diez no han sido mera cortesía. El socialista resaltó la «relación excelente de lealtad, fraternidad y amistad» que les ha unido, marcada siempre por el respeto. La legítima convicción de que tu propuesta es mejor no siempre ha de degenerar en el deseo de destrucción del otro. Felicitaciones, pues, a ambos. El buen ejercicio de la convivencia democrática conlleva un trato humano. Siento gran afecto desde hace muchos años por Silván como persona, además de considerarlo empleo del mejor centrismo. Nunca olvidaré la mañana que le plantee que quería entrevistar sobre un escenario al autor del Quijote y que este sería interpretado una mujer. Otro ante mi —a priori— extravagante propuesta habría llamado a seguridad. Creyó en ella sin necesidad de verla. Cada vez que vuelvo a representar la obra le hago llegar un gracias, «por haber estado en el origen». Siempre se alegra por aquello que tú te alegras. Representa la política que es gestión y gesto. Le deseo lo mejor en sus próximos pasos, que no ha desvelado. La familia saldrá ganando, seguro.

García Zurdo tendrá el día 7 a las 11.30 horas una calle en el Campus. Me gustaría vivir en ella solo por recibir correo con su nombre en el sobre, aunque fuesen facturas. Éramos amigos y le echo mucho de menos. Su inteligencia bondadosa le mantuvo joven hasta el final. La tendrá en una de las travesías que cruza la calle Joaquín González Vecín, otro de los hombres buenos que ha dado nuestra política y nuestra docencia. Muy cerca también de la dedicada a Cordero del Campillo. Luis estará, pues, acompañado de las mejores luces.

Silván recibirá en estos días numerosos reconocimientos, públicos y privados, pero intuyo que pocos tan gratificantes como el del alcalde socialista, ante el que perdió las elecciones. En efecto, dos rivales políticos no han de ser por ello enemigos. La caballerosidad democrática también se merece una calle.

tracking