Diario de León

Creado:

Actualizado:

Pues a mí esto me pilla con setenta o ochenta años menos y ya tenía la mochila y la gorra de visera puestas, dispuesto a subirme y a cruzar el puente tibetano de Sabero, el más largo de España —110 metros— en la modalidad tente y no te menees. Pero a mi edad ya me da vértigo hasta escribir palabras esdrújulas. Se me ha pasado el arroz de las emociones taquicárdicas. Ya no me subo sobre nada en lo que si me cayese tardara más de un segundo en alcanzar el suelo. A mi edad, si quiero un subidón me desayuno unos callines. Eso sí, tres hurras por Sabero y Valdetorno, su nueva vía ferrata que además del puente tibetano incluye más atractivos deportivos para el endurecimiento de piernas y glúteos. Vayan, vayan, les espero abajo, leyendo el periódico. Si no emulé a Indiana Jones de joven, menos lo voy a hacer de galán maduro. De chaval me encantó El puente sobre el río Kwai, pero también El hombre que pudo reinar y sé cómo acaban ambas. Hombre, si Lydia Valentín sujetase el puente mientras lo paso, si nuestro exolímpico Manolo Martínez lo cruza conmigo de la mano, con Jesús Calleja siguiéndonos en el helicóptero y mi ángel de la guarda no se despega del botiquín de primeros auxilios… y si National Geographic corre con la póliza del seguro… podría tomarme un tiempo para pensármelo. En fin, hoy por hoy, y para mis próximas cien o doscientas reencarnaciones, a mí me encontraran disfrutando de la hospitalidad saberense, pero en tierra firme.

Pero mozos y mozas, adultos y adultas de cuerpo aún serrano, jubilados animosos y con esqueleto en perfecto estado de revista… anímense a hacer esta vía ferrata, basta ya de tanto sofá y picoteo a deshoras. Más senderismo y menos sentadismo. ¿Quién dijo miedo? Aquí es donde ese lector con memoria de elefante, que todos los columnistas de provincias tenemos salta: «Tú mismo acabas de decirlo». Vale, sí, touché, tampoco hay que dar golpes bajos.

Una iniciativa admirable, felicitaciones a la Diputación de León y al Ayuntamiento de Sabero, que atraerá mucho turismo exterior e interior. Pero uno es ya más de paseo corto y de descanso largo. No dudo de la estabilidad del puente tibetano, sino de la mía. Nadie es perfecto, ni siquiera Indiana Jones.

tracking