Diario de León

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La falta de una ley de pandemias, una normativa para saber qué hacer para afrontar este tipo de amenazas biológicas, está abriendo camino a la improvisación y, como consecuencia, al desorden. Un escenario al que ya estamos asistiendo ante una crecida de los contagios por la nueva variante del virus del covid-19 con medidas adoptadas por los gobiernos autonómicos que chocan entre sí por falta de una ordenación de ámbito estatal.

Para acceder a locales públicos —caso de los restaurantes — en algunas comunidades se exige el certificado de vacunación mientras que en otras, no. Hay gobiernos autonómicos que piden al Gobierno central que coordine la estrategia frente a la nueva ola de contagios y otros que prefieren ir por libre. Esta disparidad genera desconfianza cuando no desconcierto.

Ante semejante panorama se abre paso la idea de que, al convocar en vísperas de Navidad una reunión con los presidentes autonómicos, Pedro Sánchez está buscando eludir su responsabilidad política. Actitud que en su caso no reviste novedad. Hay precedentes de que recurre a la llamada «gobernanza» cuando se trata de adoptar decisiones que pueden provocar rechazo entre los ciudadanos como sería imponer restricciones en el número de personas que pueden juntarse en las fiestas de Navidad y Fin de Año. Teniendo en cuenta que ha convocado la cumbre en vísperas de Nochebuena, con las cenas y almuerzos familiares ya organizados, cualquier medida restrictiva estaría condenada al fracaso. Pese al boato televisivo con el que fue anunciada la cumbre: «declaración institucional del presidente» —como de costumbre sin preguntas—, la comparecencia sólo alumbró la fecha de la reunión y una evidencia: con esta improvisación Pedro Sánchez intenta compensar la falta de previsión del Gobierno ante un posible rebrote de los contagios como el que se está produciendo. Y diluir su responsabilidad en este asunto.

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