Diario de León

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No soy precisamente fan de las ministras Montero y Belarra por su contumaz predisposición a la ingeniería social, pero mire usted por donde me parece un acierto que la ministra de Asuntos Sociales, es decir Ione Belarra, haya puesto sobre la mesa una ley de protección de los animales.

Sé que me repito pero no me cansaré de insistir en que el grado de civilización de una sociedad también se mide por como trata a los animales y en mi opinión, en este capítulo, nuestro país suspende. Los animales no son objetos sino seres vivos que sienten y padecen, y por tanto sufren cualquier daño que se les infiera. Si a un perro le dan una patada le dolerá exactamente igual que si se la dan a usted. La futura ley ya ha originado controversia y desconfianza pero es de esperar que se solventen y que se produzca un debate en que se tengan en cuenta la opinión de veterinarios y expertos porque sin duda es una ley imprescindible. Por ejemplo, a mi me parece enormemente positivo que si se produce una catástrofe como la que se ha producido con la erupción volcánica en la isla de La Palma, se intente evacuar y salvar la vida de los animales. O que se regule la participación de los animales en fiestas populares teniendo en cuenta su condición física y edad. Sin olvidar su derecho de los animales al descanso. Me sobrecoge ver en algunas ciudades a caballos tirando de calesas con más peso del que pueden soportar. También se prevé mantener una especial vigilancia sobre especies no autóctonas y la penalización a quién abandone o maltrate animales de compañía.

Son escandalosas las cifras de perros abandonados o que reciben un maltrato permanente, porque maltrato es tener encerrado a un perro, o limitar su espacio a una terraza o balcón. Por no referirme a las peleas de perros que aunque prohibidas se continúan celebrando. En fin, lo importante es que por fin se aborde la protección de los animales en una ley integral que deberá de ser debatida en el Parlamento y por tanto mejorado el texto inicial que salga del ministerio de la señor Belarra.

Es evidente que en nuestro país hace falta educar en respeto a los animales de manera que además de esta ley la ministra Belarra debería de convencer a su colega la titular de Educación para que desde el jardín de infancia se enseñe a los niños la obligación de tratar con respeto a los animales y sobre todo que los animales de compañía no son juguetes a su disposición. Lo dicho, la ley de protección a los animales es una necesidad urgente. Bienvenida sea.

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