Diario de León

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Somos lo que hacemos ante el muro que cierra un callejón sin salida; León, nada, cruzado de brazos en la calleja, sin atreverse ni a orinar, por no salpicar el tafilete a los que le aprietan la postura. En León se acude a sacar el santo en procesión para medir la respuesta; vale lo que manda el que firma la convocatoria, más que lo que resuelve. Tocan al timbre para ver quién acude; como se llama a una puerta para ver si se abre, no porque se quiera entrar. León hace hileras a la Virgen si no llueve; a santa Bárbara cuando truena. Soluciones del siglo X a la losa que arrastramos desde 1983. En un giro inesperado de los acontecimientos, la asociación que llama a esta rogativa de mayo está atollada hasta el corvejón en la asonada contra los reaccionarios atrevidos que atacan el status quo establecido, que cada vez llena menos pesebres. Los que tocan las campanas, conspiran contra la curia. Ojo a la incidencia de última hora, que viene a tirar abajo la apariencia que emboba a los más píos. El arriba convocante está en el ajo para derrocar al abajo subversivo, que urge a saltar el muro de la calle sin salida. Esto, a una semana de la cita, es un aliciente para el coro de beatos, que insisten con que el 12 de mayo es por la factoría de Renault y otras fantasías industriales, sin perjuicio de que esta tarde salte por los aires la agrupación local más numerosa de las que controla el patrón entre el Guadarrama y el Pajares, y quede inaugurado este pantano que va a dejar las siglas del socialismo leonés a la altura del Partido Socialista de Francia, que es lo mismo que regresar a los tiempos de Miguel Alejo. Van a arreglar la casa de todos los que hacen de la suya una madriguera. Que se llame a León a salvar su pellejo, por enésima vez, mientras estalla por los aires el castillo del señor feudal que le metió en el callejón sin salida es justicia poética, más que ironía. Esto ya pasó; tiran de santo para sostener la devoción mientras el templo se desmorona y los sumos sacerdotes se atizan puñaladas por quedar en pie en la siguiente misa. El sindicalismo leonés, que abarca del Fermín, queremos un yerno tuyo a abominar con la boca pequeña de los principios del movimiento castellano, será el siguiente en darse preso. Huele a (im)pacto cívico; el hedor inunda les caleyes sin salida.

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