Diario de León

Creado:

Actualizado:

Todas las enseñanzas de Cristo en vida caben en un relato de dos horas. Poco recipiente parece para el aluvión de historias en la política leonesa, en ese trasiego hacia el León rampante, al ataque de compromiso con León que acomete desde el verano a los que en primavera se daban de hostias por censarse en la sede social de los fratelli de Castilla en la capital leonesa. Esta marcha atrás repentina desde el patio de los Guzmanes a la esencia de la casa de los Quiñones y otros heraldos florentinos que quedan del medievo leonés, esto de negar tres veces al conde Ansúrez antes de que cante el gallo, el giro brusco en pleno aterrizaje del avión de Cendón, el yo soy útil, útil, útil del PP, este perfil canalla que emplean los verdugos para hacerse las víctimas mientras señalan con sangre las casas de los periodistas que se salen del rebaño; ay, si la sangre fuera tinta. La migración súbita desde el castellanismo confeso al leonesismo de los tres gatos alberga las mismas dudas que el catolicismo del Papa. Que el fondo no difumine la exposición de motivos, en este ajetreo político que nos hizo pasar de un plumazo de las cuatro décadas de Aznar en la élite (por menos, se detuvo un día la NBA para venerar a Vince Carter) a la rebelión de Vélez, en aquel pasaje memorable del congreso contra la casa de apuestas, cuando aconsejó a Manolín (sic) que no gastara dinero en abogados, en una demostración de dominio en el que le faltó cerrar la alocución con el clásico tengo los quince puntos y pago menos que tú. Ya no es una vuelta a los pasajes ecuménicos del amor a León no me gana nadie, ni el León fuerte en Castilla y León fuerte, que hace un cuarto de siglo apuntaló la mayoría absoluta de Amilivia. Las novedades más llamativas son las inesperadas. El PSOE está en la revolución del Orinoco; cuando unos tenían el oro y otros el capital (de Marx) y después de un abrir y cerrar de ojos, el oro era de los otros y el capital de los unos. A veces, la lucha del proletariado te sorprende en la ducha con los airpods puestos. El bullicio de estos tres últimos meses en la política leonesa desborda las dos horas de contenido que resumiría, tecleada, la doctrina de Jesús. La diferencia está en los evangelistas, que adobaron el discurso. Cristo también se distinguió como el hijo del carpintero. Si tiramos de genealogía, los abuelos de Dios eran pastores. De eso se trata. Del pastoreo ideológico.

tracking