Diario de León

Creado:

Actualizado:

Suena como un tutorial para políticos supervivientes; la hidra quiere pobres; que los pobres no salgan de pobres, porque si los pobres salen de pobres, terminan descarriados. Y votan a lo loco. Que los pobres sean pobres. Pobres de alcurnia y pata negra. El Gobierno quiere pobres; pobres a más no poder. Pobres paganos de un sistema que transforma clase media en pobretones con recibos, lo justo para librar el coste de la vida; pobres narcotizados con el placebo de la hogaza de pan, de 2,03 a 1,99; pobres embobados ante el bombeo de gasóleo aflojado en caja, y sesenta y pico céntimos por euro que caen al saco de papá Estado, que es donde tiene que estar el dinero, no en el bolso del contribuyente, según recordó hace bien poco Patxi, pirómano, bombero y electricista, para culminar los 40 años de misiones que se dejan comparar con los cuarenta del otro Pachi; los cuarenta del sistema autonómico, las cuarenta en oros de esta partida de tute con las cartas boca arriba. Se buscan pobres, para que las cartillas de racionamiento no se pierdan esta vez en el fracaso de las políticas de Piketty estazadas en la anterior intentona contra las vallas publicitarias del Plan E; los pobres son la sal de esta tierra, con la mano tiesa y mendicante, soldados de esa legión empujada a la indigencia mientras la propaganda 2030 de tío Soros anuncia el mundo feliz entre paguitas, corifeos subsidiados, genuflexos paniaguados, feladores del señor. Bienaventurados los pobres, con billete bonificado Avant al reino de los cielos, vetado a los ricos en ese túnel de los ojos de agujas balizados con señales de dirección prohibida para camellos (y leoneses que aspiren a presidir la CHD). Faltaba un contador de pobres con certificado, de los auténticos, los que no tienen forma de beneficiarse de este repertorio de dádivas de la cuenta pública, que se confunde con la gratuidad. Bienaventurados los pobres, los otros pobres, que se sacuden los bolsillos en la gasolinera para que la carga del coche eléctrico sea de balde; dichosos los pobres que saben que lo son, por la etiqueta P en la luneta del coche; pobres de hoy en turbo diésel contra los pudientes del híbrido enchufable, pobres de mañana. Acaudalados, que podían ser pobres, y no; se sacrifican por la revolución.

tracking