Diario de León

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Levamos años intentando buscar un punto de entendimiento en el histórico conflicto que desde tiempos inmemoriales enfrenta al lobo con la ganadería. Las dos partes implicadas, el fuerte lobby que ejercer los sindicatos agrarios, y los grupos conservacionistas, con sus históricas sentencias a favor contra la persecución de que desde la Junta de Castilla y León se hace contra el lobo, siempre se han mantenido frente a frente, inamovibles, instando a la administración a mover ficha para que se posicione de un lado o del otro, pero sin acercar posturas.

El trabajo llevado a cabo por WWF, y que esta semana se ha presentado en Madrid, nos ha demostrado que el camino para la coexistencia entre el lobo y la ganadería es otro. Con el documental Tierra de Todos nos han demostrado que el acercamiento entre estas dos partes no sólo es posible, sino que además es necesario, y que el papel de la administración nunca va a solucionar un conflicto en el que tiene tantos intereses económicos, sino que encima lo va a agravar con su incompetencia y su falta de empatía.

Mis amigos de WWF, como buenos amantes de la naturaleza que son, se han calzado sus botas de montaña pero no para acercarse al lobo, estudiar su comportamiento y entender, adivinar e intentar predecir su manera su actuar, algo que harían la mayor parte de los grupos a los que se les concede un Life —proyecto financiado en parte con fondos europeas—. Ellos se han acercado a la otra parte, al ganadero, al pastor, a la vaqueira de alzada, al trashumante, para tenderles la mano, para escucharles, para compartir con ellos su jornada laboral, para conocer su valiosísima experiencia y, lo más importante, para difundir a la sociedad su imprescindible papel en el modelo ecológico actual. Me parece un trabajo excepcional el realizado por esta asociación que ha recogido en un documental 30 testimonios de aquellas personas que más pueden hablar de la coexistencia con los grandes carnívoros, los que los han tenido enfrente. De estas largas conversaciones frente a sus rebaños han salido soluciones que desde la obviedad y el sentido común puedan alertar a las administraciones que sin prevención no hay reducción de conflictos, y que sin inversión no hay protección. Tomen nota, señores de la Junta.

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