Diario de León

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Por fin llegó, cuando ya casi nadie la esperaba, cuando las aguas parecían volver a su cauce después del golpe en la mesa, y al legislativo, que el año pasado dio Suárez-Quiñones en Cortes de Castilla y León para sacar una ley con la que se blindara la caza en la Comunidad frente a las ‘molestas’ intrusiones de los ecologistas, que habían encontrado una especie de oasis en medio del desierto en el Tribunal Superior de Justicia que por fin tornaba la balanza en favor de sus intereses conservacionistas.

El Tribunal Supremo ha dictado sentencia con la que se han tapado todas aquellas bocas que durante años han cuestionado la legalidad de los planes cinegéticos con los que el gobierno autonómico evalúa cada año las salud de las poblaciones de las especies antes de ponerlas en el punto de mira de los cazadores. Ha sido como se sirven las buenas venganzas, en frío, de golpe y porrazo, como quien saca un as de la manga al final de partida y deja a todos con a boca abierta. Sí que es cierto que el consejero tenía toda la fe puesta en que este recurso de casación saldría adelante, y la verdad es que visto el resultado, nos podía haber ahorrado el bochornoso espectáculo de crear leyes a la carta para burlar las decisiones judiciales, cosa que, por otro lado, no creo que quede así, o por lo menos no debería.

Por un lado me alegra que se dé seguridad jurídica a una actividad que supone una importante fuente de ingresos para muchos pueblos leoneses. Por otro lado me preocupa uno de los fundamentos en los que se basa la sentencia, los estudios científicos que el TSJ de Castilla y León echaba en falta a la hora de establecer las órdenes de caza. El Supremo concluye que dichos informes no son exigibles en el ámbito territorial de Castilla y León por la normativa europea, lo que viene a decir que una comunidad autónoma puede hacer lo que le sale del bolo en materia de conservación de especies, lectura que me inquieta y preocupa, y por otro apunta que, de todos modos, los informes que aporta la Junta, les parecen suficientes. No entiendo que lo que para una sala no es suficiente para otra sí, a no ser que sea que como crees que Europa no va a meter el cuzo ahí veas suficiente que aporten hasta el libro gordo de Petete.

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