Diario de León

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España vive estos días su primera ola de calor del año, con temperaturas récord en la mayor parte de la península que está dejando los termómetros a 42 grados en zonas como Bilbao o Gijón. La lectura fácil que muchos hacen de este panorama abanico en mano es que en verano siempre hace calor y que esto es normal en España. Hasta ahí, de acuerdo, el cambio climático es más responsable de que en verano no haga todo el calor que debería y que en invierno gocemos de unas cálidas e inusuales temperaturas. Pero lo cierto es que para los meteorólogos es cada vez más difícil prever estas olas de calor, así como las tormentas que las acompañan, por ciento se esta cociendo ahora mismo una importante mientras escribo esta columna. Según el portavoz de la Aemet, Rubén Campos, predecir cómo de altas serán las temperaturas, cuántos días durarán y a qué zonas de la geografía afectarán es una tarea complicada, imposible de realizar ante de los 7 o los 10 días vista. De hecho, todavía es pronto para saber si la semana que viene estaremos ante la segunda ola del verano, como así vislumbran las predicciones. El aumento puntual de las temperaturas, y más si estamos en verano, no puede considerarse como una consecuencia directa del cambio climático, pero según la Aemet, sí suma puntos a una tendencia que lleva décadas alertando del aumento generalizado de las temperaturas. El número de días al año que se superan los umbrales de temperatura de ola de calor en la Península se ha duplicado desde el 1984. Y las noches tórridas, definidas como aquellas en las que la temperatura mínima es igual o superior a 25 grados, se han multiplicado por diez desde ese mismo año en las 10 capitales españolas más pobladas», comenta el portavoz de la Aemet. Todo estos datos nos indican que el hay zonas del planeta que se están calentando más rápidamente que otras.

Por eso no hay que conformarse con esas explicaciones simplistas que nos tratan de callar la boca con eso de que «si no hace calor ahora cuando lo hará». Solo añado una coletilla, espero que ese cuando no lo lleguemos a conocer nunca y que seamos capaces de frenar el efecto invernadero para que nuestros hijos tampoco lo conozcan y que disfruten del planeta como nosotros lo hemos hecho.

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