Diario de León

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E esta semana hemos conocido uno de esos casos de maltrato animal para el que cualquier ley que se precie se queda de entrada bastante corta.

Un mastín aparecía este fin de semana en Villaquilambre completamente apaleado a golpes y con el cuerpo lleno de perdigones, agonizando en un charco de sangre que se hacía más evidente y vergonzante por la capa de nieve sobre la que se encontraba.

La voz de alarma la dieron unos paseantes, y rápidamente acudieron al rescate del pobre animal los responsables de la Asociación Protectora de Animales y Plantas de León, que encomendaron el milagro de su salvación al Hospital Veterinario Ferral, que nunca da a ningún animal por perdido. Todos ellos están removiendo cielo y tierra para que la injusticia con la que se ha topado Klaus, que así le han llamado, no gane la partida y se lleve por delante la vida de este perro, que ya conoce la cara más cruel y despiadada del ser humano.

A Klaus le golpearon tan fuerte que te rompieron la cabeza y la mandíbula. No contentos con esto, vaciaron varios cartuchos de perdigones por todo su cuerpo. Está muy grave, pero ayudado por los profesionales del Ferral lucha por su vida, lucha por una nueva oportunidad.

Mientras, el Ayuntamiento de Villaquilambre hace un llamamiento a la colaboración ciudadana para tratar de localizar a los «animales» que le han hecho esto a Klaus.

Lo que verdaderamente reconforta es que este mastín con cara de buenachón no está solo. A parte de los ángeles de la guarda que le salvaron y que le cuidan día y noche para que no tenga dolores se ha desencadenado una oleada de solidaridad en León para recaudar fondos con los que sufragar los altos costes veterinarios que harán falta para que salga adelante, pero no solo Klaus, si no todos esos abueletes de la protectora que a los que se les resiste encontrar un hogar. Todos ellos necesitan mantas, estufas, comida y otras muchas cosas que les ayuden a pasar los rigores del invierno.

Lo que no me entra en la cabeza es que ante casos como el de Klaus, la administración no mueva un solo dedo y sea la solidaridad y las clínicas privadas las que tengan que poner todo de su parte para obrar el milagro. Lástima Klaus, que no sea un urogallo, un desmán un águila perdicero. Eres un perro, eso sí, con suerte, una suerte que empieza ahora.

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