Diario de León

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El Centro de Cría del Urogallo ha recibido esta semana la visita del consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, Juan Carlos Suárez-Quiñones, para ver como se han invertido los casi dos millones de euros que se han destinado a este edificio ubicado en la majestuosa finca que la Junta tiene en Valsemana.

En este centro se ha albergado, ya no solo por parte de la Junta de Castilla y León, sino también del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Democrático, la única esperanza para esta especie que se nos escapa entre los dedos. Y es que el urogallo es en estos momentos una de las siete especies en España más amenazadas, y a la vez, más vulnerables, lo que reduce al máximo su supervivencia en el medio natural que se ha convertido, por múltiples razones, en un lugar totalmente hostil para los menos de 190 ejemplares que sobreviven en la Cordillera Cantábrica y para los que el tiempo corre en su contra.

Existen muchas voces contrarias a los centros de reproducción ex situ. Tampoco ayuda demasiado el dudo éxito del centro asturiano de Sobrescorbio, que a penas ha logrado resultados destacables con los que se pueda empezar a hablar de revertir la situación de la especie. Pero lo cierto es que viendo el trabajo que se está realizando en Valsemana, lo que para muchos fatalistas es una batalla perdida empieza a ser una realidad, al comprobar que ya han nacido en las instalaciones diez ejemplares, procedentes de doce huevos —la media de Sobrescorbio fue en 2018 de uno de diez— y ya se ha creado un stock genético que es todo un seguro de vida para la especie, gracias a las técnicas y a la tecnología de última generación con las que cuenta el centro. Pero el verdadero valor de Valsemana no está en sus punteras instalaciones, está en su equipo humano, jóvenes, como se suele decir sobradamente preparados, con una sensibilidad y una dedicación que va mucho más allá del trabajo, y sobre los que recae la enorme responsabilidad de sacar adelante una especie a la que dedican todas las horas del día, y para los que perder un pollo se convierte en un auténtico drama. No se muy bien si en breve se podrá empezar a hablar de revertir situación del urogallo, pero es esperanzador comprobar la ilusión y la pasión con la que se intenta.

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