Diario de León

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La Comisión Europea ha dado a conocer por fin el mapa de España para la concesión de ayudas regionales, el marco que fija qué porcentaje de financiación pueden aportar los estados a las empresas para que anclen su actividad y creen empleo en las zonas con mayores dificultades para la recuperación. Los criterios de despoblación y de transición de modelo económico se establecen como puntuables para incrementar esa financiación pública, y por tanto para animar a las compañías a invertir en estos territorios menos favorecidos.

León acumula décadas de retraso en las distintas velocidades a las que avanza el desarrollo no sólo económico, sino social y de perspectivas de futuro. Suma despoblación y envejecimiento, dificultades para subirse al carro de las sucesivas recuperaciones (aunque gran facilidad para despeñarse por los riscos de las crisis), y a mayores una transición por el desmantelamiento de la minería que condena al abandono a las cuencas. Sin alternativas, para qué vamos a engañarnos con más promesas incumplidas e insultos bautizados como ‘transición justa’.

Pudiera parecer que los criterios de ayuda fijados por la UE coinciden con las dolencias económicas de la provincia. Pero no. Dentro de la disparmente depauperada autonomía se ha tenido especial atención con Salamanca y con Zamora. Dos provincias en las que las empresas tendrán mayores incentivos para ubicarse que en León. ¿Por qué?

Los políticos de ambas provincias se felicitaban ayer por el fruto del arduo pico y pala desarrollado durante meses en las instituciones europeas. Han llevado su queja y sus problemas con eficiencia allí donde se toman las decisiones, y han cosechado sus resultados. ¿Por qué León no? Eso es lo que hay que preguntar ahora a los políticos locales, y a la Junta. ¿Qué se ha llevado de la desesperada situación leonesa a los foros de decisión? ¿Quizá es tan desesperante la ineptitud y la indolencia de la representación pública local que ni siquiera se han enterado de lo que estaba en juego? ¿Tal vez lo conocían, pero no han sabido mover sus culos (nada que añadir sobre sus cerebros) en defensa de lo que pregonan diariamente que defienden?

Tanta Mesa por León, tanta movilización para no ir a ningún sitio. El Gobierno tiene aún una última oportunidad para intentar modificar este mapa en el tiempo de descuento. ¿Será León (todo León) capaz de reivindicar lo que merece?

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