Edificio Arco de Ánimas, 1
C/ Arco de Ánimas, número 1. Ovidio Prieto, 2022
León, febrero de 1976. Ceferino Bada Castañón y Ángel Mirones Velar firmaron este edificio para Ramiro González Álvarez, cuyas obras dirigió Bada con Juan Carlos Sainz Fernández como aparejador, en un solar de la calle Arco de Ánimas anteriormente ocupado por las ruinas del caserón de los Lanzas, Mayorgas y Cabeza de Vaca, con su añorada portada del XVI, entre el Palacio del Marqués de Torreblanca, o de los Escobar (actual Recreo Industrial), y otro edificio contemporáneo.
¡La Historia y el Lugar… y la Memoria! Con la preceptiva supervisión de la Dirección Gral. de Bellas Artes, ensayaron distintas soluciones volumétricas explorando una arquitectura de transición entre dos estilos dispares.
Proyectaron un sótano para aparcamientos y cuarto de calderas. Planta baja para locales comerciales, el acceso del garaje, la entrada al restaurante de planta primera y un espléndido portal con estanque, artístico mural del ceramista francés Roger Capron, plantas ornamentales, el puesto del portero, zona de espera amueblada, y dos enlaces verticales con sendas escaleras y tres ascensores para subir a los locales de la primera planta y a 21 viviendas de «cierto lujo» dispuestas en cuatro niveles a la calle y otros dos retranqueados.
Concibieron el alzado principal con las líneas de los forjados chapadas de azulejos y vistosas bandas de ladrillo aplantillado entre sardineles, alternando con franjas de ventanas, carpinterías reticuladas de madera, dinteles continuos del mismo material, otros paños de ladrillo y acogedoras terrazas en un cuerpo central en voladizo.
Y remataron la fachada con atractivos aleros también forrados de madera… Sin duda Ceferino buscaba la armonía en un entorno monumental, tratando de conciliar las modernas tecnologías con métodos artesanales y materiales tradicionales: ladrillo, madera, azulejos… Y no lo dudó. Con su habitual desparpajo, optó por dialogar con la frontera «Casa de Socorro», recreando un historicismo neomudejar, que le permitiera enlazar con el pasado de la ciudad… ¡Un maestro!