Seminario de San Froilán

Juan Bautista Lázaro nació en León en 1849. Hijo de eminente jurista y madre astorgana, obtuvo el título de arquitecto en el 74 tras cursar estudios en Madrid, ciudad en la que principalmente ejerció la profesión desarrollando múltiples trabajos, en su mayor parte de carácter religioso. Como arquitecto municipal de Ávila destacó por su decidido impulso a la restauración de la Muralla. En 1892 fue nombrado director de las obras de nuestra Catedral y en el 96 proyectó este Seminario de San Froilán, promovido por el obispo Gómez Salazar, cuyos trabajos dirigió con Rogelio Cañas como maestro de obras. Concibió un enorme edificio alargado con dos patios y acceso principal por la Plaza de la Regla. Destinó la planta baja a la enseñanza, la primera a otras dependencias y entre los patios una extraordinaria iglesia neogótica cuya construcción había iniciado en el 94; los dos últimos niveles para dormitorios de seminaristas. Dispuso la inmensa fachada occidental de ladrillo sobre zócalo de piedra. Abrió vanos arqueados, recercados y enrejados con chambrana en planta baja, balcones adintelados con guardapolvo y antepechos de cuatro tizones en planta primera, y ventanas con alfiz en la segunda, entre bellas impostas arpadas o en cadeneta. Y como coronación un ático de ventanucos abuzonados alternos, a modo de friso bajo una bella cornisa de modillones escalonados a tizón cada medio pie… Sin duda, el gran Lázaro perseguía, también en el Seminario, una síntesis entre lo formal y lo constructivo en la práctica de la arquitectura del ladrillo buscando la integración de las artes, al tiempo que combinaba el historicismo neomudéjar con cierto ideal medievalista, más racional… Hacia 1925, Manuel de Cárdenas levantó el actual Seminario Conciliar en la franja norte del edificio… Y recientemente, Félix Compadre rehabilitó cuidadosamente otra parte del mismo para destinarla a Museo Diocesano y de Semana Santa… Pero eso es otra historia.