Y Rubén viendo los toros desde la Barrera

Más allá de malas rachas, alarmante falta de gol y ausencia absoluta de plan B, lo que está crispando el ambiente entre parte de la afición culturalista es la insultante falta de autocrítica de un José Manuel Aira que se remite una y otra vez al mantra del partido a partido como ave que esconde su cabeza bajo tierra a la espera de que escampe el temporal. Pero esto es León y aquí el cambio climático siempre puede ir a peor. Llueve sobre mojado en un equipo que ahora mismo se mantiene en puestos de play off por demérito de sus rivales más que por sus propias virtudes. El proyecto del técnico berciano da síntomas de agotamiento. No seré yo quien niegue su valía como entrenador, pero el año pasado no dio con la tecla y este va camino de tropezar con la misma piedra. Va a ser cierto eso de que para la Cultural todos los finales en realidad son el mismo repetido. Se echa de menos un escueto mea culpa, un ‘lo siento, no volverá a ocurrir’, una respuesta que le humanice y haga que la procesión, aunque sea por un minuto, vaya por fuera. Lo contrario crea rechazo, incomprensión y hartazgo. Y mientras tanto Rubén viendo los toros desde la Barrera.