Diario de León

Creado:

Actualizado:

Lo llaman mascarilla como al estuco de crema para la cara femenina que porfía con la edad, pero ese apósito tapabocas es técnica y estrictamente un bozal, sobre todo las mascarillas picudas que dan un aire de hocico animal entre perruno y osuno. Ya la Academia dice «bozal: dispositivo que se pone a ciertos animales, preferentemente a los perros, en el hocico para que no muerdan» (Peláez escribió: pues los de Vox lo llevan con banderita prieta-la-fila y siguen mordiendo; y os recuerdo que si el bozal es de esparto o de alambre, también se le pone en la morro a burros y caballerías cuando faenan entre sembrados; y se acabó el tirarse al verde el mulo y la burra al trigo). Ya nunca se disolverá de la memoria colectiva esta estampa mundial 2020 de toda la gente con bozales por la calle y en recintos. Añadiendo gafas de sol inquieta el total anonimato, es el disfraz ideal del atracador de bancos, así que podrías ir a tu sucursal y no te conocerá ni el Tato, pudiendo elegir entonces entre pedir tu extracto bancario o que te abran la caja y te lo llevas crudo diciendo que eres primo del Solitario, que hasta diciembre pasado estuvo en la cárcel de Mansilla y ahí te instruyó, les dices al director y al atónito cajero. Todo el pueblo anda con el rostro medio tapado. A nadie reconocen las tantísimas cámaras que lo escrutan todo. Si viera esto Esquilache, soponcio. Al fútbol, sin embargo, le viene bien el bozal porque los entrenadores ya no tendrán que taparse la boca al cuchichear órdenes a jugadores o asistentes, así que los lectores de bocas van a estar en paro unos meses y hay que confiar en que no denuncien también al gobierno por daños colaterales. En fin, lo mismo que ya se ven mil diseños distintos y alardes firulís en esta nueva prenda «de vestir», podría haber también otras formas de llamar a la mascarilla-bozal: mandil de boca, telón del morro, delantal del gesto, trapu pal focicu (si el Xuasús no lo cuela, revienta), hocico de tela, cortinilla mora... y ya dócil la población en su miedo, después será más fácil ponernos brinquillo en la nariz... como a los bueyes.

tracking