Diario de León

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Y o quiero que a mí me entierren como a mis antepasados en el vientro oscuro y fresco de una vasija de barro. De ti nací y a ti vuelvo, arcilla, vaso de barro; con mi muerte vuelvo a ti, a tu polvo enamorado ... cantan Los Chalchaleros, el más renombrado grupo del folclor gaucho sonando aquí en aquellos años 70 que tantos sones argentinos inyectaron en la musiquería española: Larralde, Cafrune, Falú, Yupanqui, Mercedes Sosa...

En vasija de barro sólo se entierra aquí al vino, aunque cuenta la leyenda que, macerado en tempranillo, también enterraron así a Nicanor Seisdedos, elegante borrachuzo de Castilfalé. Pero yo prefiero que me entierren al pie de un árbol y a la vera de un camino para que me sirva de escalera y seguir viendo nubes, estrellas y gente pasar, esto es, que nutran mis despojos la edad de su arboladura y que puedan mis canas ser hojas que lleve el viento un día y yo leña que después vuelva a casa como madera en la mesa del comer o tronca que crepita en el fuego.. y en todo caso con gente alrededor. Espero que para ello no tengan que llevarme a Nueva York donde anteayer se aprobó que los restos humanos puedan ser enterrados bajo un árbol transformados antes en compost (el proceso dura un mes junto a virutas de madera, paja y alfalfa), algo que ya se hace en Wahsington, Oregon, Colorado, Vermont y California... y desde hace dos años, en Suecia, que lo defiende como el enterramiento más ecológico al poder eludir ataúdes de madera que agotan bosques y exigen más y más cementerios que se colman enseguida o incineraciones que contaminan despilfarrando combustibles y energía, amén de suponer costes ruinosos para sus deudos. Al pie de un árbol. Y así podrás decir, como Miguel Hernández a su amigo Ramón Sijé:

Yo quiero ser llorando el hortelano

de la tierra que ocupas y estercolas,

compañero del alma, tan tempran o.

Venga, pues, el árbol a sombrear tu paz. Escala un tejo milenario; o roble centenario si te abruma tanta edad... o un cerezo si quieres cada junio dar besos rojos a los tuyos... o a quien te los pida.

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