Alábate, borona

M aldicen hoy por aquí la política agraria común, PAC, que lleva años siendo para la España rural como un respirador para agonías; y también burladero, todo hay que decirlo. Pero ahora les viene o la ven como a PACo con la rebaja al haber caído Europa del burro viendo al fin urgente la rotación de cultivos e impidiendo al agricultor dedicar más de la mitad de sus tierras a un solo «asunto» si quiere subvención, tolón-tolón. ¿Y por qué se tardó tanto en ver que los monocultivos acarrean severo daño natural, empobrecimiento de suelos, exceso de fertilizantes y pesticidas o el altísimo riesgo de poner todos los huevos en la misma cesta, lo que cualquier ley campesina jamás permitió?...

En Asaja se arrician porque estas nuevas medidas reducirán el maíz leonés en 20.000 Has. siendo tan rentable, aunque algo obsesivo como se aprecia en riberas y páramos donde nos fatiga la mirada a uno y otro lado devorando el maíz en las últimas décadas al viejo santo y seña del surco labrantín leonés:  remolachas  y  alubias  (sin ver además que del maíz sacan sacarinas que insultan al azúcar remolachero).

Este campo nuestro va cómodo detrás de politicas e intereses ajenos... ¿nunca por delante alguna vez? Colgarse de un solo cultivo es condenarse al vaivén de la Bolsa de  Chicago , juez de la horca cerealista en el mercado mundial, mientras aquí reza lástimas el sindicalista del maíz:  Virgencita de Bruselas , que me quede como estoy... y dame más.

Por la cuenta que le traía, el viejo campesino no dejaba de explorar mejoras, averiguar, injertar o meter cuatro variedades de uva haciendo un  coupage  en la misma viña para que la filoxera o la plaga no se lo llevara todo si venía. Con sindicatos como solo gestorías de ayudas y agricultores a rebufo de cada circunstancia no se trazan futuros interesantes, aunque hoy alaben tanto al maíz, a cuyo pan, la borona, siempre se le dijo aquí «alábate, borona, que no hay quien te coma». Háganse rogativas para que vuelva el viejo agricultor del «intelectus apretatus, discurrit que rabia». Solo en él duerme un futuro.