El cazurrés
La lengua de los cazurros es el cazurrés mientras la Unesco y la Rae no digan lo contrario con su vieja ley de «nada es lengua si no tiene una gramática y literatura, quedándose entonces en dialecto o jerga», lo que le sucedería al propio lleunés al no haber tenido la gramática que ahora le improvisan urgidos los versados académicos de terrón aportando además como literatura las liberales recreaciones y recolecciones de maestrescuelas a su bola o modosos párrocos ociosos y nunca por el propio pueblo guardián de las palabras, pueblo llano que con su malhablar y sus corrupciones de idiomas anteriores es el origen de toda lengua... pueblo, en fin, que muy mal entendería hoy un lleunés que él jamás parió ni habló y que mañana querrán imponérselo en oficial y normativo.
Más que una lengua en sí, el cazurrés es un estilo o estrategia lingüística que consiste en callarse la mitad de las cosas a decir para dejar en la recámara unos cuantos digodiegos y otros cuantos dijedigos... el cazurrés busca términos de doble y hasta triple sentido para disponer siempre de una gatera por la que salir de situaciones comprometidas, apuros o apremios... la cátedra del cazurrés se instala por lo general detrás de una sebe y su biblioteca en la barra de un bar o, preferentemente, en el rincón oscuro de una cantina compadre... el cazurrés se habla siempre con el retintín musical cazurrete del ¿ya vinistes?, ¿ya llegastes? o ese ¿eres de Leooón? que tanto suena al ¿tiés perru?, ¿tiés botes? de Mieres... el cazurrés prefiere las frases curvas para no ir directo al grano y así circunvalar las intenciones últimas o escondidas... el cazurrés busca más confundir que convencer... el cazurrés bebe de los salmos de Jeremías su permanente soniquete de quejumbre y copia de las imprecaciones de la Pasión sus tonos protestatarios cuando vuelve de ferias donde le engañan o estafan, algo que asegura sucederle a menudo... en fin, la elocuencia del cazurrés es el silencio cuando hay que hablar y cagarla si hay que callar.
Astuta lengua el cazurrés, patrimonio inmaterial, la órdiga en verso.