Esas fotos

Navegando por los media locales (leyendo la prensa del día se decía en la antigüedad), me detengo en una foto que me enternece y me desternilla a la vez por parecerse a viejos retratos en blanco y negro o sepia con estampas de una ruralidad inocente y no lejana en las que se ven tipos o grupos a la puerta de casa o portón del corral junto a una dócil marrana (aquí, gocha) de veinte arrobas lo menos o un jato enorme y redondón de huevazos gigantes o un ciclomotor con paisano y guajes encima o aquella camioneta que supuso la prosperidad de la familia pudiendo los hijos estudiar en la capital o ir al seminario al no ser ya necesario gastarlos en casa... o aquel arradio Telefunken expuesto sobre una silla con parentela y críos alrededor... cosas así, tiernos orgullos familiares para meterle sonrisa a la pobreza y hoy lagrimón a la nostalgia (lo sabe el lector que se da una vuelta por la obra del fotógrafo gallego Virgilio Viéitez, el mejor notario de aquella humanidad rural puesta para la foto, o sea, peripuesta; retratista veraz y finalmente celebrado). La foto que dije iba de esta orla, de retratarse a la puerta de casa luciendo cosa; la casa es el untamiento de Villaquilambre, y la cosa, un nuevo camión de la basura; ante él posa la autoridad municipal (deduzco, no hay pie de foto ni les cita el notición, sagacidad periodística que tampoco dice lo que costó el camión compactador que tanto elogia y tal y tal). Enternece nada la foto, pero desternilla un rato, nada cambió, es igual a las de arradio o marrana, aquí La Gocha, nombre ideal para un camión basurero. Pero lo difícil de entender es el obcecado vicio del politipoco chupando plano a toda costa (o costo), incluso ahora que han de ir todos con mascarilla y no les reconoce nidiós ¿A qué insistir? Absténganse mientras un trapo les pixele el rostro, así no son noticia, pase el camión delante. Además, enmascarados, dan la razón a quienes les ven salteadores mereciendo el titular más indicado: SE BUSCAN. Pero no confío en que se abstengan; les vence la vanidad por aquí (con foto), la gratitud por allá (sin foto)... y lo paleto.