Hasta el rabo

Día de manifestación ayer en muchos sitios. Se defiende al toro y la tauromaquia: «También somos cultura»... pues ya no son tres gatos la ruidosa España que borraría todo ese mundo de un plumazo con burlas y chinchín, aun sin conocerlo ni haber visto un toro ni querer saber de qué va esto; solo oyeron que matan al inocente animal unos toreros asesinos entre aplausos ensangrentados de un público pervertido (vaya, desde que las mascotas nos duermen en la cama o mullido serón estampado y con juguetes, el buenismo animalista propende a exageradito y pretende aquí derribar el gran mito taurino ibérico de robusto pedestal en el imaginario popular como quien dice estatuas... tiempos de iconoclasia... pandemia de intolerancia... sobran «causas justas», despacha tu ira).

Pero en el toro hasta el rabo todo es cultura... siglos de cultura ganadera, genetista, cultura agraria, medioambiental, arquitectónica... y la lidia que tanto enfurece a algunos es solo el último acto de todo un universo previo de crianza y selección en espacios naturales de privilegio... ¡qué cruel es el destino que pone a un toro bravo triscando pasto y amapolas en una dehesa salmantina y a su primo culón en una nave ganadera o una lóbrega cuadra de estos nortes durmiendo sobre paja y excrementos y rezando para que no vengan, además, a cortarle las pelotas haciéndole buey de tiro o rey del chuletón!

Pero hubo ayer un partido buscando capitalizar el latido taurino. Sobraron sus trapos. Usar la bandera para afear o atizar a un compatriota es el camino más idiota, bruto y rápido para arruinar a un pueblo y que nadie le respete. Es eso tan viejo y bronco de «la nación española es  mi  nación española» o «mi trozo de nación es mi nación y ¡viva la aldea nacionalista!», ese sentido de propiedad del estado o del lugar y de que el gobierno solo es legítimo si están los míos en el macho... si no, guerra a toda hora, se proscribe la serenidad.

Y si el toro es cultura, ¿por qué no ponen delante a la tantísima gente de la cultura española que defiende al toro?, ¿no les creerían mejor a ellos?...