Diario de León

Creado:

Actualizado:

V eamos, supón una gran nevada, de las que saltaban tapias y enterraban puertas por las que solamente se salía cavando túnel o trinchera hasta la del vecino, nevadona familiar para la gente de esta montaña que sabe lo que es no poder salir de casa en tres o siete días seguidos, bloqueados ellos y sus ganados, acuartelados.

Contra elementos invencibles, ¡toque retirada, cabo!... y como dice el burlanga resignado:  paciencia y a barajar .

Pues en esa misma situación estamos, bajo una gigantesca nevada de virus que ya repican en nuestra puerta, pero sin nieve y con la despensa retacada de víveres que en algún caso irán a la basura... y nos quejamos... con una tele a toda hora en 78 canales o almacenes de películas... y nos aburrimos... conectados a las redes y a todos, parloteando a cada minuto por el móvil... y nos vemos incomunicados... no sabemos qué hacer, pero todo son métodos o programas para matar tiempos y angustias, alientos de autoayuda, corazoncitos. Sobra ruido. Lo primero que cortaban aquellas nevadonas de antaño era el teléfono que iba posteado en cable junto a las carreteras. Eso sería hoy como cortarse las venas, pero aquel silencio no volvió loco a nadie.

En fin, por si aporta alguna utilidad en esta confusión cegata y este horripilante tedio presidiario (está bien que conozcamos una cárcel por dentro y la libertad fusilada); se trata del tradicional remedio para sobrellevar el confinamiento al que obligaban las grandes nevadas, remedio de «las tres bes», tres:  brasero, bota y baraja ... Pepe Quirós sostenía que eran cuatro y añadía «braga», guiñando un ojo... ¿braga?... eso no es nada probable en la casa poblada y con abuelos o criadas encima, sin contar el cintazo del ama y la doctrina del párroco al respecto.

Ah, y guárdese también algún aplauso de balcón para don Heraclio Fournier, que a sus años sigue matándonos esas horas tensas que podrían acabar en mal mayor... él nos trae mus, tute, perejila, julepe, mau-mau, escoba, burro... y si no, solitarios, aunque también en esto tiene algo que decir el párroco.

tracking