Diario de León

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Cree John Carlin que quizá tengamos que dar las gracias a todo este estertor de miedos al galope y que « puede que el virus haya llegado como un fenómeno redentor de nosotros mismos ». Ojalá, sobra pecado y delito que redimir aquí, en Milán, en China o en la Conchinchina.

Un hurra: celebremos lo inédito, todos hablamos de lo mismo, atendemos preocupados a lo mismo, estamos viralmente obsesionados con lo mismo y viviendo a la vez una situación totalmente desconocida de la que se ignoraba todo y, sobre todo, cuánto costará restablecerse y restañar las profundas heridas de este zarpazo a la salud y a la cartera. Por tanto, viviremos a la fuerza un test de resistencia y se medirá nuestra verdadera conciencia social y mutuo auxilio, porque hay que olvidarse de que el Estado o el Zurzumcorda sean capaces de resolver ni la quinta parte del daño, durante y después; el resto, lógico, lo paga el pueblo pobre, súbdito hoy de un virus soberano que nos estrena aquí una nueva crisis que durará algo más que esta anterior que aún colea. Sin duda. Buena disculpa tendrán mañana los timadores y el político tijeras. No es buen paisaje.

Otro hurra: las naciones se obligan a hablar con transparencia inusual, a coordinarse y ayudarse. Es bueno conciliar. Pero si de un bolsillo se saca lo mejor, del otro se saca también lo peor: insolidaridad, portazos, cierre de fronteras, «ahí te las compongas, hermano», «pasen todos, menos españoles»... por no hablar de los que están aprovechándose de carencias o paranoias urdiendo el pelotazo de su vida con mascarillas a cien euros...  tiempo para lo mejor y lo peor, ¿qué pesará más? ...

Y el hurra de coña lo pone la España despoblada donde la gente de invierno ermitaño no tiene quien la visite o vaya a venderles algo, así que el coronavirus les pasa lejos, tan lejos como el coche de línea, el ambulatorio o la diputación. Ahora, sin embargo, podrían resarcirse con buen negocio alquilando su lugar como refugio blindado, convalecencia segura. No todos han de perder con esta peste; y menos el despoblado.

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