Diario de León

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E spabila y pronúnciate. La orden te la da el mercado. Hagas lo que hagas, vendas lo que vendas o pienses lo que pienses, has de pregonarte como defensor del medio ambiente y sostenedor de la sostenibilidad o cualquiera creerá que eres destructor insostenible o, al menos, un colaborador idiota y delincuente de los poderes y economías que todo lo enguarran, asfixian, agotan o, simplemente, destruyen. Muéstrate preocupado o, mejor, escandalizado y airado con la destrucción de la naturaleza, los efectos del clima y ese pánico levantino a que un diluvio te lleve la casa calle abajo como un contenedor o como ese coche al que no le vale de nada tener motor bajoborda si por la rambla abajo ruge acelerando una taponada de agua de diosteampare. Indígnate como un caballero injuriado por todo lo que causa mala salud al planeta, que te vean concienciado y con compromiso activo. Tú sólo tienes que decir que tus productos son muy respetuosos con el medio ambiente y ya no llevan tripicaína adictiva ni eso otro tan chungo que ponías en letra chiquirritaja... que tus coches contaminan menos que la meada de un ángel perfumando además el aire con el hidrógeno que le pirra al Adrià... que tu jamón de york es de cerdos que campan en libertad, igualdad y fraternidad en dehesas encineras reserva de la biosfera y que por eso tus cerditas patanegritas nunca dejan de sonreír cuando salen en el spot o en la tapa de la lata... que las cápsulas de tu cafelito Yors Cluni d’Or se reciclan después para hacer bicis y pupitres... que ese jabón Evax que inventaste para desmaquillar caras sólo esta hecho con productos veganos (de no creer; así le dicen, jabón vegano, y alguna habrá que diga que está para comérselo)... en fin, tú di lo que sea, pero rubrícalo siempre con muletilla ecofriendly y un obligado toque igualitario, inclusivo o, mucho mejor, identitario. Y es que hoy no hay anuncio que no luzca y reluzca compromiso con el planeta, su blasón; y blasonan todos, lo que de mano exige desconfiar... o lo que ya el pueblo sabía: dime de qué presumes y te diré de qué careces.

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