Diario de León

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Cuando la tirria gijonesa alienta maleficios contra Oviedo, su odiosa capital, lo hace con una inquina militante que el ovetense no se empeña tanto en mostrar al gijonés aparentando que ni lo considera, lo que se dice ofender con estilo; o con broma si propalan que al llegar a Uvieu hay un lugar para que los gijoneses dejen sus madreñas antes de entrar.

Algo parecido sucede con la inquina cazurra volcada contra Valladolid y lo vallisoletano, rubricada si es posible con risotada y odio de grada en una sola dirección que el pucelano no parece replicar con igual insidia pendenciera al no considerar al leonés ni temerlo, lo que sería un no aprecio, que también es otra forma de ofender.

Dice el psiquiatra de guardia que la razón de esas animadversiones nace inequívocamente del complejo y de la envidia, una envidia que suele ser vieja o encastrada; y que, como toda envidia, o es sana y constructiva o insana y ulcerosa, lo que se dice envidia cochina, la corrosiva envidia que acaba dañando por ir de la pelusa al rencor y del resentimiento a lo canalla, como en un viejo chiste, véase: En un chigre del barrio de Cimadevilla en Gijón repara la peña que el bueno de Manolín todavía no conoce la capital y que el próximo que tenga que ir a Oviedo ha de llevarle a conocerla; y así fue, le llevó Ramirón, pero al llegar vieron que por la noche había caído una bomba atómica dejando reducida la capital a una cuarta y media de cenizas y cascotes; de vuelta a Gijón, preguntáronle ¿qué te pareció Uvieu, Manolín?; y poniendo gesto de agria decepción díjoles «pues pareciome pocu» por no añadir que aún merecía más bomba y estrago.

Esa misma bomba atómica se la dispararon días atrás los odiadores cazurros y pucelanos poniendo aquí al alcalde leonés dando al botón del zambombazo nuclear asolando Pucela y replicando en el Pisuerga con un hongo mortal sobre la catedral leonesa y la ciudad (y aquí andamos buscándole la puta gracia a esta broma, pues lo mismo que el odio arma a los idiotas, un diablo cojo acabará cargando escopetas).

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