Diario de León

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Cuando el amor propio es cegato, los cronistas del ombligo sacan mostrador vendiendo hazañas líricas al pueblo y coartadas al poder, que siempre paga estas cosas muy bien, sean pelas o gabelas. Así, el Cronicón de Orgullos Patrios se reedita a cada poco -y más en tiempos confusos o ruinosos-, añadiéndole alguna mentira nueva salida de algún revelador hallazgo arqueológico o agrandando las ya oficiales. Porque la historia oficial exagera, es de propio suyo, y siempre la escribe el vencedor, aunque no por ello ha de fiarse uno de la del vencido.

Y como en agosto hay que ir a Covadonga por comer y a los Lagos un ratillo, Peláez nos matraqueó la gesta por enésima vez, pesao el tío: Nos dijeron que Pelayo, con apenas 300 paisas pastorones, derrotó con piedras y flechas a todo un ejército musulmán de 188.000 soldados. Toma castaña. Nos lo creímos, ¡home no!, eran días de Flechas y pelayos , a Franco le susurraba santa Teresa y esto era la reserva espiritual de Occidente . Pero hay todavía hoy quien lo pregona y lo tiene por dogma al creer que ahí se personó la mismísima Virgen -desde entonces apellidada de Cova de Onga- entrando de lleno en la drea, guiando la precisión de peñascas y saetas, alentando la carnicería total, absolviendo lo que pudiera tener de crimen tal desproporción, amparando la rebelión y llevando la contraria a la autoridad eclesiástica, el obispo de Cangas de Onís, don Oppas, que en vano trató de disuadir al cipotudo Pelayo, obispo a quien después ejecutó despeñándole en Picos con su mitra ardiendo (puro arte, guau, espectáculo inenarrable). Y es que con Virgen por medio y cronistas pagados se explica mejor casi todo .

Pasando por Riaño a la vuelta, reparó Otavito (ahora enmudece su c en señal de luto/repulsa: es la c de coronavirus) en una construcción circular como placita cubierta de toros o gallos. Es la única catedral que tiene la lucha leonesa. ¡Otra patraña!, azuzó Peláez, esa lucha no es invento leonés. Otavito se rebotó: no jodas, que ya la cita Estrabón hace 2.000 años (y perrearon todo el viaje; levantemos acta mañana).

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