Otra erección

La erección de algo y en redondel público siempre llama la atención. La última, aquí cerca.

Viendo a un pilón de chinos corriendo que se las pelan para lograr la erección de dos grandes complejos hospitalarios en tan solo quince días... y repasando después los replanteos y tiempos que se gastaron aquí en una simple rotonda en el cruce de Alfageme, a la vista de Oteruelo, fácilmente puede explicarse que la economía china crezca un 7% anual y que la capital cazurra de los Pies Negros esté en la cola de ciudades españolas en actividad económica... o que esta provincia tenga que echarse a la calle a pedir misericordia poniendo una cartela sindical junto al bote de la calderilla:  ja, paya, menistra, una lismosna o se mos muere el churumbé ... o que se esté poniendo de moda resumir el problemón de la cazurrancia diciendo nos roban, nos adelantan y nos toman por el pito del sereno (lo del pito ¿es por pasarnos el día silbando p’afuera y soplando p’adentro?).

Meses se tiraron para hacer esa rotonda que a los chinos les hubiera costado diez minutos. Su objetivo, dijeron, era resolver y dignificar la entradilla al poligonillo tecnológico de León -modoso él, no pita ni llamándolo Vallecillo por si suena a Boecillo-, pero ¿era absolutamente necesario hacerlo con una escultura gigantona de hierros y colorines sugiriendo un trozo helicoidal del ADN que de lejos parece sitiado y cautivo por una conspiración de farolas, postes, pirulos y señales?... el que decidió ¿consultó o informó antes?... ¿no dimos ya por superada la esculturitis nacional corrupta en autovías, bulevares o vergonzantes rotondas donde se bañan la sospecha, el ingeniero ingenioso, el primo artista, el aparejador que aconseja, el consejero que apareja o todos a la vez, presupuesto-yacuzi?... ¿por qué hay que aceptar en estos casos que rija el gusto de uno solo o su cuadrilla -gusto siempre dudoso y por todo lo que hemos visto, muy mal gusto- y no se exige al menos un concurso público de ideas, algo que no sea  mis cojones 33 ?... ¿ocurre aquí?... ¿y podrá saberse cada céntimo ahí gastado?...