Pelagio es plagio

U n golpe de fortuna y una cascada de fakes que entonces eran mentiras piadosas crearon un mito con cabeza de latón rebrillau y pies de adobe: Pelayo. Ni existió como se pintó ni como lo repinta Mañas en su novela ¡Pelayo! presentada aquí hace días, un Pelayo que equipara al rey Arturo (lo que nos faltaba para el grial).

En este tema Peláez pone gesto de imbatible: Ya nadie duda de las falsedades y pendones que revisten a este mito, dice... Pelayo (Pelagio) es puro plagio... no pertenecía a nobleza alguna, aunque el cronicón diga después que descendía de Chindasvinto por legitimarle heredero del régimen hispanogodo... y tampocu yera asturianu, fíu, mal que pésete, sino inmigrante forzosu que antes fue más o menos segurata (espadario) del rey Witiza en Toledo que un buen día le despidió (¡qué haría!), buscándose la vida por estas Asturias cazurras y las de pallá del puerto, como deduce el historiador que huye de cronistas oficiales... y que 300 lugareños jamás podrían matar con peñascos o flechas a los 187.000 chortas del ejército musulmán en la batalla de Covadonga ni metiendo ahí a la Virgen dándole leña al moro como si no fuera hijo de Dios... y que si le coronaron, no fue donde se dice, Auseva, sino en la ermita de Corona, Valdeón, valle ideal para establecerse los sublevados al tener la mejor defensa natural y vías de escape seguras (sabían que el moro volvería vengativo y reforzado)... y que fue en Caín y no en Covadonga donde Pelayo, tras la batalla, despeñó al obispo Oppas con su mitra ardiendo bautizando al lugar en maldito por el cainita que intentó disuadirle acatando el gobierno moro del valí de Gijón... y que la confusión, el vacío de poder y la ínfula caudillista de Pelayo hicieron que le coronaran rey y así su hijo Fabila heredaría el trono, aunque a los dos años lo mató un oso (¿republicano?)... y miente la historia, se sabe que fue asesinado, el trono no podía ser para el hijo de un mediopelo o parvenu y la nobleza lo reconquistaría por la vía vaginal o la conspiradora, lo suyo.

Fuera o no fuera así, el tipo sí que tiene novelón, pontificó Otavito.