Tá pa Ponga

C uando el redactor-diablo no sabe qué escribir, con el rabo escarba archivos... y así regresó estos días a un periódico asturiano y algún digital cazurro el estudio publicado hace unos años por un equipo de las universidades de Compostela y Oxfort fijando el origen genético de la península ibérica, un serio estudio en el que se traza una franja ancha que va de Asturias a Huelva diferenciada de todos sus vecinos al este y en la que asoman rastros africanos, acentuados tras la invasión y colonización árabe de la península que nos arrimó magrebíes a modo; y de propina, mozárabes, dos siglos después.

Resacando estas averiguaciones, la prensa asturiana buscó subrayar en subtitular que un asturiano tiene genéticamente más en común con un norteafricano que con un vecino cántabro. Por lo mismo, eligieron destacar aquí que un leonés tiene en común con la africanía más que con un palentino. ¿Es que así logran explicarse o justificar el estúpido desdén con que aquí resuena Palencia como asunto que no interesa?... ¿o solo se siguió la estela tendenciosa del periódico asturiano que hizo velar ahí las tirrias y envidiejas que se traen con «lo santanderino»?...

En fin, si es por seguir las enseñanzas del jesuíta Arzallus y su errehache vasco diferenciador, esperamos impacientes que algún nacionalista babayu vaya algo más allá en estas raíces africanas y diga que es de Cangas del Narcea el famoso «negro del Whatsapp», popular todavía en redes por cimbrear ahí su cimbel brutal. Y si quisiera el asturianista diferenciador y falampos vincular el origen del bable no tanto en lo romance que les entró por León, Castilla y por el culo, sino en el corazón de África, podrá demostrarlo fácilmente con el viejo ejemplo que hace pasar por suhagili la conversación entre una mujer y un niño al que pregunta dónde está su padre:  oi fíu, ¿ú tá tu pá?... tá pa Ponga... ¿y ú tá Pin?... ta pa Colunga ... y aquí es donde el chacianiego picudo puede también arrimar lo suyo:  oi rapá, ¿entavía cués tu má?  (¿todavía cose tu madre?). Africanitos semos y en la idiotez nos encontraremos.