Diario de León

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Quiso Peláez picar a don Sócrates y traía preparadita la respuesta a la pregunta envenenada de la víspera: ¿Y si fueran los pueblos los promotores y dueños de los parques eólicos?, ¿habría igual oposición?, ¿seguiría siendo crimen paisajístico y ambiental o se aceptaría como mal menor y tira palante hasta la peña de enfrente?... Empezó Peláez diciendo que en materia de recursos mineros y energéticos el pueblo leonés se ha demostrado bastante modorro y sin ganas de escarmentar a lo largo de su historia: empezaron los romanos esquilmándole lo suyo y más y, cuando el carbón se convirtió en la panacea, fueron también empresas de lejos y ajenas las que se llevaron el santo y la limosna, porque... de los cientos de minas que en los dos últimos siglos dejaron furacadas o rotas sin remedio estas montañas, ¿hubo una sola que fuera propiedad del pueblo donde se explotaba?, ¿por qué no puede un ayuntamiento, el común de vecinos, promover una explotación de su propia riqueza?... ¿qué alevosa ley se lo impediría?... algo raro o de tontos sí parece. Y otro tanto con la energía hidroeléctrica, siguió Peláez; hasta hace nada hubo aquí «fábricas de luz», presas o molinos turbinando, empresas locales que acabaron devoradas por el lejano mostruo del kilowatio. ¿Quién impide a un pueblo ser dueño de su propio «salto», abaratarse el consumo eléctrico y vender la energía sobrante o regalarla a quien quiera emprender allí?... un precedente: Vierdes, en Sajambre, tenía su propia central eléctrica... pero la vendieron a una empresa privada y ahí se lució la modorrez cazurra. ¿No aprendimos? Cada cauce fluvial ofrece múltiples aprovechamientos eléctricos sin especial impacto y hasta con favor biológico. Dinero y futuro se nos van río abajo. ¿A cuántos pueblos no les aplazaría el morir? ¿Y se tolerarían microeólicas si fueran del pueblo y multiplicaran sus fondos públicos?... ¿no hay aquí políticos valientes?... pues no, sus jefes se sientan en los consejos de administración de las eléctricas voraces. Y con lo que cae, eso de la autarquía energética ¿era solo un viejo sueño?...

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