Diario de León

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Hace tres días se fueron de descubierta campestre Sócrates, Peláez y una devota filósofa alicantina que firma Cielo Sordo (así pasa de contestar a nadie) que llegó con vivo interés por lo despoblado. Y le eligieron de ruta la orillita del Eria desde San Esteban de Nogales a donde nace el río por cima de Corporales, tiradita larga, pero amena e instructiva. Volvió ella con media libreta de notas y un carro de fotos. Para darle esquina al covid de restaurán se llevaron fiambrera y provisiones para comer a la antigua con bota, cantimplora y termo de café a la sombra de un aliso junto al río, cerca de Morla (mesita y sillas plegables exigió el profesor; el mantel al suelo se lo prohíbe la cadera y su corán); y así ella aprovechó mejor el palique informativo de sus anfitriones. Pero deshaciendo ruta a la tarde pararon a ver el castillejo de Valdavido que ya en 1965 lo injuriaron a modo para montarle encima un Cristo morrocotudo y altar a la retestera, alarde sublime del recio catolicismo que tanto gustaba de lo colosal. Y en la vuelta ya no habló de otra cosa Peláez, espantado por lo que vio (lo torró ayer en esta columna): se desoyó el informe de expertos y arqueólogos que recomendaban hace unos años apear la enorme estatua y restablecer en lo que quedaba esta fortaleza del siglo XIV y la han recompuesto a su puta bola -con dineros públicos además- firmando una fechoría arquitectónica sin nombre en modo exín-castillos, verdadero espanto que aborta ya toda posible vuelta a su fisionomía original... ahí murió del todo... y todo, dice, para darle un uso que por muerte natural ya no tenía hace décadas, inventándole una procesión de pendones por sus cuestas que jamás hubo y resucitando lo de la «Santa Misa», eso que imponía aquel franquismo meapilas y a lo que vuelven hoy, pues la nostalgia es así... y se pregunta Peláez si también vuelven a tocar ahí el himno nacional con gaita o dulzainas en la Consagración o quizá prefieran algún son cabreirés hecho himno. Y se deprime el pobre viendo que por cada paso adelante sigue León dando dos para atrás en un estéril volver.

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