Diario de León

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Apenas los potencialmente votantes han terminado de digerir la convocatoria del 13-F y ya hemos conocido los primeros sondeos sobre la próxima composición de las Cortes de Castilla y León. Y a tenor de ellos, se afianza el pronóstico de una victoria electoral del PP lo suficientemente amplia para que Alfonso Fernández Mañueco renueve su condición de presidente de la Junta.

Nada sorprendente, ya que eso mismo apuntaban anteriores sondeos realizados con posterioridad a las elecciones madrileñas del pasado abril, el punto de inflexión que catapultó al PP de Pablo Casado como primera fuerza en intención de voto. Lo impensable sería que el presidente de la Junta hubiera activado el botón electoral —en el intempestivo momento que lo ha hecho y de común acuerdo con Casado— si ambos no dieran por segura esa amplia victoria del PP.

Sondeos al margen, parece claro que en estas elecciones se va a votar más que nunca en clave de política nacional. A ello contribuyen dos circunstancias inéditas: Por primera vez no coinciden con unos comicios municipales que orienten el voto autonómico y tampoco lo hacen con ninguna otra convocatoria electoral, lo que sitúa al 13-F en el centro del tablero político español. Y eso se reflejará en una campaña marcada por la omnipresencia de líderes nacionales, desde luego por la de Casado, que aspira a apuntarse un triunfo que refuerce a un tiempo su liderazgo en el partido y su carrera hacia La Moncloa.

Ese voto en clave nacional apunta hacia un acusado desplazamiento a la derecha del nuevo Parlamento Autonómico, en el que irrumpirá Vox como tercera fuerza política con grupo parlamentario propio. Y salvo a «Soria ¡ya!», con más de 20 años de trayectoria a sus espaldas, a los partidos asociados a la «España vaciada» les ha pillado esta convocatoria sin suficiente poso para afrontarla con éxito. Harina de otro costal es la Unión del Pueblo Leonés, que, protegida por el hecho diferencial e impulsada por la campaña en pro de la Autonomía Leonesa, llega a la cita con expectativas de poder sumar un segundo escaño.

Volviendo de nuevo a los sondeos, la duda no está en quién ganará las elecciones en Castilla y León, sino por cuánto. El PP aspira a obtener un resultado similar al de Isabel Díaz Ayuso con el que Mañueco pueda presidir un gobierno monocolor. Y Vox a una correlación de fuerzas que le permita formar parte de un gobierno de coalición. Lecturas de ámbito nacional aparte, esto es a priori lo que está en juego el 13-F en Castilla y León.

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