Diario de León

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Son 686 recomendaciones. Esas son las que ha trasladado a la Junta y a las Cortes de Castilla y León el Consejo Económico y Social, organismo compartido por agentes sociales y expertos independientes que viene a ser un observatorio muy fiable de la realidad que vive y sufre esta comunidad autónoma.

Se podrá disentir de alguna de ellas, echar en falta otras y argüir escasez de recursos presupuestarios para implementar muchas, pero todas ellas han sido aprobadas por unanimidad, algo que les confiere un notable sentido común. En realidad, tal elevado número de recomendaciones lo que refleja es la carencia de un Plan Estratégico que fije las prioridades y objetivos de la comunidad de Castilla y León, un instrumento que para prosperar y ser útil requeriría el más amplio consenso entre las fuerzas políticas y sociales.

Así lo ha subrayado el presidente del CES, el profesor Enrique Cavero, quien además ofrece los servicios de este organismo para encauzar su elaboración. Pero por muy imprescindible que resulte, no existe la menor posibilidad de que dicho Plan se abra paso mientras el gobierno de la comunidad esté participado por Vox, cuyo excluyente programa cierra la vía a un consenso de esa naturaleza.

Incluida entre sus magras competencias la relación institucional con el CES y demás organismos que asesoran y fiscalizan la gestión de la Junta, no dudo de que el vicepresidente Juan García-Gallardo se habrá leído las 868 recomendaciones de marras. Y habrá habrá visto con espanto que entre ellas no figuran las diatribas contra el Diálogo Social, el negacionismo contra la Violencia de Género, el veto a regular los derechos LGTBI o la cruzada contra el «fanatismo climático» derivado de la Agenda 2030. Por citar solo algunos asuntos.

El informe del CES debiera hacer reflexionar a Vox sobre sus aberrantes postulados, comprados parcialmente tan solo por el PP de Mañueco como forzado peaje para seguir presidiendo la Junta. Pero, lejos de esa reflexión, a buen seguro que Gallardo no ha hecho otra cosa que reafirmarse en la idea de que el CES, el Consejo de Cuentas, el Consultivo y el Procurador del Común forman parte de ese «gasto superfluo» que habría que eliminar si no fuera porque están blindados por el Estatuto de Autonomía.

Las boutades y ocurrencias del vicepresidente no tienen límite y ya atraviesan las fronteras patrias. El influyente rotativo inglés TheTimes se ha hecho eco de su teoría según la cual la caída de la natalidad se debe a la hipersexualización, que ha convertido el sexo en un fin en sí mismo, olvidando que su finalizad principal es la procreación. No se me ocurre mejor ejemplo de aquella advertencia de Josep Tarradellas de que «en política se puede hacer de todo menos el ridículo». Un ridículo en este caso internacional.

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