Diario de León

ENTREVISTA

Jesús Calleja: «El molino de mi abuelo era mi nave espacial»

Todo empezó en Fresno de la Vega. En el molino de su abuelo, Cesarino. Allí soñó Jesús Calleja con un viaje espacial que pronto será real. El primer y único leonés que, hace casi veinte años, coronó el Everest cruzará la línea de Kármàn y hará historia en estado ingrávido

Jesús Calleja en la NASA.PRIME VIDEO

Ana Gaitero
León

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Jesús Calleja (León. 1965) inició una carrera fulgurante en la televisión al año siguiente de hacer cima en el Everest con una bandera de León. Si entonces compartió su ascensión a la cima del mundo con los leoneses de todas las latitudes a través de las crónicas que publicó Diario de León, «a quien siempre agradeceré que me dio la primera oportunidad», desde 2006 ha llevado a millones de personas a los lugares más insólitos y hermosos con Planeta Calleja o Volando Voy. Calleja Espacio marca un hito que coloca al leonés en la historia como el tercer español que sale fuera de la Tierra, a bordo del cohete New Sephard, de Jeff Bezos. Se lanzará desde la ciudad de los astronautas de Texas en una fecha sin concretar. Un soñador que antes de hacer cima en la fama escaló muchas montañas y se ganó la vida como peluquero.

—¿Viajar al espacio le hace más ilusión que la hazaña del Everest?

—Subir al Everest es un reto brutal, pero con preparación, motivación y un presupuesto asumible se puede hacer. Lo han hecho unas cuantas personas, pero ir al espacio son palabras mayores. Son dos motivaciones diferentes. Una la conseguí de una forma increíble, y la otra es un sueño. Voy a hacer historia en España. Imagínate, ¿cuántos son los elegidos? Es una locura y tengo una ilusión brutal. En la vida hay que tener siempre planes, ilusiones y estar motivado. Voy a cumplir 60 años y me llega este regalo; o sea, que nunca es tarde para hacer cosas especiales en la vida.

—¿Cómo se fragua el sueño?

—Paolo Basile hace unos dos años hace una alianza Mediaset con Prime Video. Es un proceso larguísimo, complejo, porque los seleccionados son escasísimos. Tengo que dar las gracias a Mediaset, que ha hecho un trabajo brutal para poder coordinar todo esto con los americanos y a Prime Video España, que lo han peleado, no te puedes imaginar. Al final aquí estamos, ya en la recta final.

—¿Qué le impulsó a este reto?

—Estoy haciendo un proyecto complejo de comunicación en Estados Unidos Mediaset y Prime Video Internacional, no solamente nacional, que finaliza con un broche de oro que es irme al espacio. Me dieron un mes para decidirme. Los primeros capítulos se han emitido en 201 países y todos los días estamos entre los primeros y los segundos más vistos. Desde el estreno somos lo más viral de todas las plataformas de cualquier producto, películas, series. He ido montón de veces y hemos hecho unos episodios muy espectaculares: Nos han dado acceso a la Nasa, a Houstedonde nos han acceso a la Nasa, a Houston, a la Jet Propulsion Laboratory, a las naves que se construyen en Seattle.

Jesús Calleja con Pedro Duque.prime video

—¿Qué espera encontrar en esta nueva aventura?

—Espero ver la Tierra, nuestro planeta desde el espacio. Es un momento de reflexionar sobre la casa en la que vivimos, de lo que tenemos que cuidar. Creo que lo que más me va a impresiona es que en mitad de este espacio vacío, oscuro, hostil, hay un planeta que tiene una vida espectacular; un planeta maravilloso con una biodiversidad única y la humanidad, que, con la inteligencia humana, tenemos que intentar preservar y cuidar este planeta. A veces normalizamos cada cosa que hacemos en el planeta Tierra y no nos damos cuenta de la suerte que tenemos de vivir aquí. Para mí, va a ser un momento de mirar al interior, de valorar dónde estamos. Tener la suerte de ver este planeta desde una óptica exterior es abrumador. De hecho, a los astronautas que he entrevistado, todos dicen que les cambió la vida para siempre, y espero que a mí me ocurra, que tenga ese impacto que me cambie la vida.

—Es un viaje de 11 minutos, muy estresante. ¿Cómo se ha preparado física y mentalmente?

—Físicamente estoy siempre muy entrenado, pero la evolución de la tecnología ha avanzado a un punto que el entrenamiento ya no es como antes. De hecho, yo todavía no he hecho ningún entrenamiento específico. Vamos a tener una preparación cuatro días antes en un rancho cerca de donde se va a producir el lanzamiento. Nos van a hacer esa preparación de emergencias, de alertas, psicológicas, nos van a presentar a los ingenieros, la biónica, vamos a entender todo el proceso sin una preparación muy específica técnica.

—Entonces no han hecho alguna simulación de este viaje

—No, no, no, no, no, porque precisamente la función de estas naves de última generación es empezar a democratizar un poco más el espacio porque hay momentos donde no solamente viajan astronautas. Nosotros somos pioneros marcando un camino de cómo se van a democratizar los viajes espaciales. Para resolver muchos problemas preocupantes que tenemos en la Tierra tenemos que ir al espacio y tenemos que hacerlo con naves reutilizables, con combustibles que no contaminan, con emisiones cero... Necesitamos ir al espacio por muchísimas razones para avanzar como humanidad.

Jesús Calleja junto a un cohete.PRIME VIDEO

—¿Vamos a ser los humanos «marcianos» que esperábamos en la Tierra?

—No te quepa duda que tenemos que empezar a hacerlo y para ello estamos en una fase muy emocionante con esta tecnología que nos permite ir al espacio de una forma, entre comillas, relativamente fácil. Estoy muy orgulloso. Hasta ahora solo hay treinta y una personas que han ido en esta nave y vamos a ser los seis nuevos astronautas que van a volar donde se recopilan esos datos que nos abren las puertas a un futuro espacial muy emocionante.

—Esta democratización del espacio, ¿no es en realidad una vía de escape de los ricos ante un posible colapso en la Tierra?

—Creo que los descubrimientos son las claves para revertir muchas de nuestras conductas como humanidad. Tu misma me estás hablando por un smartphone, se construyen con tierras raras, con elementos que no existen en la Tierra, que han venido del exterior, que habitaban en el espacio fuera y que han caído en la Tierra y gracias a ellos podemos desarrollar la tecnología. No descartes que en un futuro tengamos que hacer minería para hacernos con estas materias que no hay en la Tierra, para avanzar, para poder seguir la evolución que empieza. La humanidad siempre está en un proceso continuo de evolución. Pero hacen falta los descubridores, los aventureros, los innovadores, la gente que va a ver qué hay más allá, de donde luego tenemos un provecho y siempre mejoramos como comunidad en el espacio. Muchos de los grandes avances que tenemos, los pequeños ordenadores, los smartphones, el velcro, por decir cosas cotidianas, vienen de la carrera espacial que se había abandonado un poco y hemos retomado esos avances que aportan muchísimo a la civilización. Encima ahora, las naves son reutilizables. El cohete en el que yo voy se reutiliza un 99% del combustible, es cero oemisiones, solo sale vapor de agua, menos que tu coche. Estos avances luego se van a extrapolar a nuestro día a día en la Tierra. No solamente se va a ir de una forma lúdica, todo es posible, todo entra, no hay que escandalizarse ni asustarse del futuro, porque el futuro es innato a la humanidad.

—De los contactos con las astronautas, ¿cuál es el consejo que se ha tomado más en serio?

—El más relevante, que me aprenda muy bien la instrucción de todas las fases de lanzamiento, reentrada y vuelo. Va a haber unos ruidos enormes y explosiones gigantescas, cuando se separan las dos fases de la cápsula del rocket se hace por pirotecnia. Me han dicho que en las explosiones vibra toda la nave para que no me asuste. Hay momentos, por ejemplo, en que yo, que peso 60 kilos, pesaré unos 350 kilos; casi no se puede respirar, es como que tienes un elefante sentado encima de ti. Me ha servido para entender qué va a pasar para que no me agobie cuando entremos en gravedad o la reentrada en la Tierra con la apertura de los paracaídas que es tremendamente violenta para el cuerpo.

—¿Aterrizan en paracaídas?

—Sobrerepasamos la línea de Kármàn, entramos en el espacio, en la microgravedad, donde flota todo. El cohete en la primera fase aterriza él solo en el mismo punto donde hemos despegado y la cápsula. Nosotros estamos en la parte más pequeña del cohete que aterriza a velocidades espectaculares, mucho más rápido que una bala. En la primera etapa frena más o menos de casi 4.000 km por hora bajando a 3.000 o 2.800 km por hora. Luego esos paracaídas hay que seccionarlos, dispararlos, y se vuelve a abrir otra capa de paracaídas donde ya van frenando , vibra todo, te agitas, las presiones son muy fuertes, la gravedad de los 2G suben a 5.5, y luego hay un aterrizaje final con unos retrocohetes que hacen el frenado.

—¿Qué es la línea de Kármàn?

—La línea de Kármán es el lugar fijado por los físicos donde estás en gravedad cero, en lo que se conoce como espacio. ya estás en el espacio, lo que nos separa de nuestra atmósfera, lo que está en el vacío, donde estás en la ingravidez, se llama línea de Kármán. Es decir, pasamos la línea de Kármán, vamos literalmente al espacio.

—Es el momento culmen.

—Sí, claro, una vez que ya estás ahí fuera, ves la esferidad de la Tierra, ves la oscuridad del espacio, ves cómo cambia el concepto que tenemos, que hemos visto en fotos de la Nasa, pues eso es lo que yo voy a ver.

Jet Propulsion Laboratory NASA.PRIME VIDEO

—¿De niño soñaba también con ir a la Luna?

—Yo siempre, todos mis juegos de niño era irme al espacio a ser astronauta. Nací en León, pero me crié en el pueblo de mi madre, que es Fresno de la Vega, y en un molino de mis abuelos. Aquello era para mí como una especie de base espacial en un planeta lejano. Yo siempre he soñado con colonizar en el universo, con viajar con las naves espaciales, con ser astronauta. En la peluquería de mis padres me metía en el secador y para mí era un casco espacial. Siempre he jugado y toda mi infancia lo recuerdo como una dimensión espacial. Y fui socio fundador de la Asociación de Astronomía Leonesa, el socio número 14.

—¿A quién dedica este hito?

—A tanta gente que todavía estoy haciendo la lista, cada día hay una lista. Mayormente, evidentemente, mi padre, mis hermanos, mi hijo, mi mamá, que está cerca de mí, viven conmigo estos hitos que vamos haciendo, estos sueños, cosas que son increíbles.

—¿Llevará objetos fetiche?

—Un ascenso espacial es muy preciso, se calcula todo. Podemos llevar un kilo y medio de peso en objetos personales dentro de la nave para tener ese recuerdo que es un viaje contigo al espacio.

—¿Nos puede decir alguno?

—Algo de mi familia.

—¿Cómo es la ropa?

—Llevamos un mono de vuelo específico.

—Es un viaje carísimo, ¿no?

—No tengo ni idea, porque curiosamente, aunque te suene raro, voy a trabajar. Es la primera vez que se va a hacer televisión desde el espacio. Es un proyecto ambicioso de escala global en la plataforma para todo el mundo. Y yo voy a trabajar.

—Su madre está en vilo.

—Bueno, lleva toda la vida viviendo en vilo conmigo. Lo que pasa es que esto de la carrera espacial se está haciendo un poco mal, porque, claro, suena todo a dimensiones gigantescas.

—¿Se plantea un no retorno?

—No lo contemplo, porque para que tengas una idea, cada vez que montamos en un avión o cada vez que cogemos el coche de casa o de algo más cercano, el porcentaje de riesgos más elevado que el de una nave espacial. Hata la fecha, los lanzamientos de New Shepard son 100% éxito. Hay tal cantidad de científicos y de ingenieros y de talento trabajando para que salgamos al espacio con seguridad, que no tengo ni una duda. Si yo tuviera el 0,00001 de posibilidades, no iría.

—¿Qué balance hace de los 20 años desde el Everest?

—Está siendo una vida muy emocionante, de retos, de aventuras, de exploración, de incluso algún récord mundial rodando estos programas, cosas increíbles: conocer el planeta desde el ángulo de la aventura, de los lugares más hostiles, inexplorados, radicales, difíciles; y siempre con un nivel de éxito en cuanto a la seguridad, fantástico. No hemos tenido ningún problema porque hemos gestionado muy bien el riesgo. Me gusta esa filosofía de acometer retos increíbles, sin que nos haya ocurrido nunca a nadie, nada, ni a nadie del equipo. No somos unos locos.

—¿Qué les diría a los jóvenes leoneses desde su trayectoria, cuando está punto de cumplir los 60 años?

—Hay una tendencia a decir que solamente las grandes cosas ocurren en las grandes ciudades y yo digo que no, que hay que reivindicar que las pequeñas ciudades tenemos mucho que aportar y sobre todo tenemos la capacidad de reinventarnos mejor que una gran ciudad.

—¿Ha pensado en retirarse?

—Jamás. Mi hobby sería exactamente lo que hago. Me gusta darle vueltas a la cabeza con mi equipo para reinventar y tener cosas todavía que vayan más allá y de hecho, sorprendemos a nuestros jefes, trabajamos muy bien y somos una familia que estamos pariendo cosas nuevas muy emocionantes.

Jesús Calleja en la NASA.PRIME VIDEO

—¿Cómo va la Zona Alfa?

—Fue una idea que tuvimos mi pandilla de amigos de la bicicleta y que yo peleé muchísimo para que entendieran desde las instituciones. Hablamos de grandes problemas de despoblación y pocas oportunidades en los pueblos y hacen falta ideas un poco innovadoras, diferenciadoras. La Junta de Castilla y León lo he entendido muy bien y estoy agradecido a Mañueco y a Juan Carlos Suárez-Quiñones. Zona Alfa está cerca de las 40.000 visitas y me consta que en la comarca de Gordón están abriendo hoteles y restaurantes.

—¿Le gustaría hacer algo equiparable en su pueblo?

—A mí pueblo lo llevo siempre conmigo y lo nombro en cada programa. Ahora está en los 221 países donde se ha visto el primer capítulo de la serie. Ahí empieza la historia de mi vida, de mis sueños, donde quería ser astronauta. Es mi gran homenaje a Fresno de la Vega.

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