PATRIMONIO
Dentro del Cristo templario
La Hermandad de Jesús Nazareno deposita dentro de la réplica del Cristo de la Fortaleza los nombres de sus donantes
La talla, con el documento en el taller de Puente Órbigo
Los nombres de todos aquellos que han colaborado para sufragar la réplica del llamado Cristo Templario de la Fortaleza o de las Maravillas, ya se encuentran en el interior de la talla. Figuran en un documento, con la solemnidad que ha querido imprimirle la Hermandad de Jesús Nazareno de Ponferrada, que ha encargado la talla a los artesanos de Puente Órbigo Javier Alonso Fernández y Pedro Antonio Andrés García.
El texto parece salido de la época de la talla original y no ahorra en mayúsculas: «Bajo el pontificado de su Santidad el Papa Francisco, en el reinado de Su Majestad Felipe VI, siendo Obispo de Astorga Monseñor Camilo Lorenzo, Rector de la Basílica de Nuestra Señora de la Encina Monseñor Antolín de Cela Pérez y Alcalde Presidente del Ayuntamiento de Ponferrada Don Samuel Folgueral Arias, redacto, firmo y rubrico el presente escrito, yo Marco Antonio Morala López, mayordomo de la Hermandad de Jesús Nazareno de Ponferrada, para hacer constar que esta talla del Salvador, réplica del venerado Cristo de las Maravillas o de la Fortaleza»,
El documento recoge a continuación los nombres de los tallistas y de todos los donantes y pide «a todos los fieles devotos que en algún momento hallaren este escrito, les ruego nos tengan presente en sus oraciones».
La Hermandad ha recaudado hasta 1.650 euros con la cuestación para la talla. Marco Morala se mostraba ayer agradecido con los donantes para encargar una obra que incrementará el patrimonio imaginero de la Semana Santa ponferradina y que tiene una «marcada simbología» porque «el crucificado regresará al Castillo en la Semana Santa, lugar donde fue venerado por los templarios, protectores y guías de los peregrinos del Camino de Santiago», afirma.
La talla se encuentra en proceso de policromía y representa a un Cristo» muerto, de rostro enjuto, barbado y en una posición hierática que denota la rigidez y la frontalidad exigida a las esculturas de su tiempo». El Cristo aparece coronado como rey, pero sin espinas y «con abundantes regueros de sangre que, en cabeza, tórax y manos, testimonian el padecimiento sufrido hasta su muerte en la Cruz».Morala recuerda que la talla original procede de la capilla del Castillo de Ponferrada, popularmente conocido como de los Templarios por el recinto donde se asentó.