La cuna de Europa

Fue Rogelio Blanco quien se empeñó en conseguir para León lo que hasta entonces se había arrogado Inglaterra. Fue él quien puso en marcha toda la investigación —removió Roma con Santiago— para reunir el corpus documental disperso entre las catedrales de Lugo, Orense, Astorga, León, la Academia de la Historia, la Biblioteca Nacional y la Biblioteca Capitular de Sevilla que demuestra que fue Alfonso IX quien reunió las primeras Cortes democráticas del mundo. Fue un hito de una tierra que luchaba por existir contra todos y que eligió unir el esfuerzo y la inteligencia de los tres estados del reino para no desaparecer. Rogelio empeñó tres años de trabajo durante los cuales —no viene al caso pero no está de más— no cejó en un empeño en el que nadie creía. Sí, es la historia de España, pero sobre todo, la de León.

Fue Juan Pedro Aparicio el que consiguió que lo que muchos quisieron dejar como una celebración parroquiana tuviera la consistencia suficiente como para dejar constancia de su importancia radical en la historia. John Keane, que hoy explicará los porqués de por qué sin León no habría Europa, le debe la voz de la jornada de hoy al creador del universo de Lot. Los parlamentarios europeos deberían recibir hoy dos obras:  Tierra de Libertades , de Rogelio Blanco, y  Cuchillos cachicuernos contra puñales dorados. Ensayo sobre nuestro desamor a España , de Juan Pedro Aparicio, pero no será así. Una pena. Y eso a pesar de que si el Rey conociera la historia de su Viejo Reino —invisibilizado por la reacción— sabría que su estirpe de monarca democrático entrona directamente con este rey niño al que Castilla y el Vaticano quisieron asesinar. Las raíces que nos hacen mejores como país están en este pequeño pueblo del noroeste que la mayoría licúa en la meseta y que, a pesar de todo, aún no ha logrado permiso para sobrevivir. Que un país democrático impida existir a una parte de sus ciudadanos, mutile la propia historia y silencie la conciencia crítica agiganta aún más la figura del monarca que hace mil años dejó que el pueblo protagonizara su historia.